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¿Es posible educar para la multiculturalidad?

ROLANDO CRUZ GARCÍA
“Nuestra verdadera nacionalidad es la propia humanidad"— H.G. Wells

Antes de contestar este importante cuestionamiento quisiera aclarar que todos los seres humanos provenimos de entornos culturales distintos, desde el momento en que nuestro origen es, familias nucleares diferentes, con costumbres, ritos, códigos lingüísticos, mitos, filias o apegos, fobias, maneras diversas de enfrentar los problemas cotidianos y muchos otros diferentes etcéteras; por lo tanto provenimos de la multiculturalidad.

Por lo tanto, el planteamiento de una educación intercultural y multicultural surge de la necesidad de constatar y reconocer la diversidad cultural existente en nuestra sociedad, por lo que no sólo nos referimos a la presencia de culturas étnicas diversas (como los grupos indígenas, por ejemplo) sino a las múltiples referencias culturales que coexisten entre nosotros; asegurando que cada familia posee códigos culturales diferentes.

La interacción entre distintas culturas se considera, por sí mismo un hecho educativo, por lo que no cabe la menor duda de que la escuela es el espacio privilegiado para el encuentro y el desarrollo de las actividades multiculturales.

Es responsabilidad de la escuela, por lo tanto, que dicha diversidad se viva en las mejores condiciones de igualdad, equidad, naturalidad y cordialidad, lo que nos posibilitará un enriquecimiento completo entre los grupos y entre los integrantes de la comunidad escolar.

La educación tiene la misión de contribuir a que los alumnos desarrollen las capacidades necesarias para desenvolverse como ciudadanos en la sociedad; estas capacidades tiene un alto contenido sociocultural y abordan temáticas relevantes por su repercusión social: violencia, desigualdad, discriminación, solidaridad, cuidado del medio-ambiente, equidad de género, derecho a la salud, etc.

Los esfuerzos educativos deberán dirigirse entonces, a que los alumnos comprendan a cabalidad las problemáticas sociales y puedan elaborar juicios críticos al respecto, desarrollando actitudes y comportamientos responsables.

Respecto a los diversos modelos de educación multicultural, existen clasificaciones que nos pueden ser útiles para entender cómo se ha transitado por esta novedosa forma, en la que se pretende educar a las generaciones venideras. Por ejemplo, ¿Qué es una ideología dominante? Sabemos que ésta puede ser conservadora, neoliberal o sociocrítica; pero al trabajarla desde la citada multiculturalidad, el concepto cambia de manera importante y se puede analizar desde una postura social y cultural.

Cuando se parte de reconocer que existe una sociedad multicultural, se logra entender que este enfoque nos exige aceptar, entender y mantener la diversidad y el pluralismo cultural; la escuela es la que proporciona las condiciones para que lo anterior se logre: reconocer la existencia de dicha diversidad cultural (desde las propias familias), no jerarquizar a las culturas (no existen superiores o inferiores, sino diversas), propiciar la interacción intra e intergrupos, valorar las diferencias, proporcionar igualdad de oportunidades políticas, económicas y educativas desde los grupos escolares como una forma de proyección hacia la sociedad, sólo por mencionar algunas de las condiciones que la escuela debe proveer.

Bajo estas perspectivas, la educación es vista como el instrumento potenciador del pluralismo cultural, ya que se parte del siguiente supuesto: la diversidad cultural es una cualidad positiva de la sociedad actual, por tanto es fundamental fomentarla.

La escuela facilita que la herencia cultural de los diferentes grupos, sea permanentemente reconocida y reconstruida. Los diferentes grupos que están en contacto en las escuelas no deben perder su identidad. La escuela es finalmente el espacio de vida común en el que confluye el lenguaje compartido, la adquisición de conocimientos, de habilidades, destrezas y los aspectos culturales de los otros miembros de una sociedad (conductas, actitudes y valores que son valiosos de preservar).

Fomentar la solidaridad y la reciprocidad entre las culturas diversas, es preparar al alumnado para que pueda vivir integrado en una misma sociedad, donde la diversidad cultural se reconoce como legítima. Por ejemplo, en las escuelas públicas mexicanas coinciden alumnos de diferente estrato social y económico, con diferente religión, de diversas preferencias político-familiares, por lo tanto de una cultura diferenciada; no por ello se harán separaciones arbitrarias o se discriminará a nadie.

Estos importantes enfoques se caracterizan por su carácter eminentemente humanista, en el que se aceptan y se asumen las diferencias y se manejan como un factor de maduración personal y nos ayudan a desarrollar una conciencia histórica, solidaria y dialógica.

El rechazo del etnocentrismo, la xenofobia y el racismo, por ejemplo, pueden ayudar al alumno a estimar sus propias pautas culturales a través de la consolidación de su identidad, fomentar la cultura de la denuncia respecto a la marginación y segregación de las personas, reconocer la amplia diversidad de actitudes y valores, solo por señalar algunos aspectos valiosos de la conciencia colectiva.

Finalmente, vale la pena reconocer que en los espacios escolares cotidianos, confluyen tantas pautas culturales como diferentes familias existen en nuestra sociedad, por lo anterior es valioso privilegiar estos importantes enfoques al momento de emprender la compleja labor de formar a las generaciones futuras.

Agradezco sus comentarios a: rolexmix @hotmail.com

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