Jesús Escoboza tomó un sombrero para festejar los goles mexicanos, recordando que se quedó muy cerca de estar también en Brasil disputando el Mundial.
El pase de México a los octavos de final de la Copa del Mundo Brasil 2014, fue vitoreado con moderación por los jugadores de Santos Laguna, durante su etapa de pretemporada en este destino turístico del país.
El haber entrenado a doble sesión, además de que el juego frente a Croacia coincidió con la hora de su descanso tras compartir el pan y la sal, impidió a la delegación albiverde juntarse en un mismo salón de su hotel de concentración para presenciar el cotejo ante los balcánicos.
Mientras los Guerreros comían, presenciaban en un monitor los comentarios previos, pero apenas se escuchó el silbatazo inicial, los jugadores se retiraron a sus habitaciones para seguir detenidamente las incidencias del encuentro.
Por varios minutos se escuchó silencio tanto en el lobby como en el área de dos de los restaurantes del hotel. Pocos jugadores deambularon afuera de sus habitaciones, pero la prioridad era dar descanso a su cuerpo, alistándose para la práctica vespertina.
Uno de los elementos que disfrutó la recta final del cotejo en el restaurante fue el mediocampista sinaloense Alonso Escoboza, quien por una lesión lumbar no pudo disputar el Mundial en tierras amazónicas.
El jugador bajó a comerse un coco fresco, pero ya no pudo regresar a su cuarto, debido a que comenzaron a caer los goles mexicanos, donde incluso tomó un sombrero para festejar las anotaciones de sus compañeros.
Escoboza, que fue uno de los elementos de confianza de Miguel Herrera en la reclasificación intercontinental frente a Nueva Zelanda, donde incluso vio acción en ambos partidos, se mostró orgulloso por lo realizado por el Tricolor.
Recordó que siempre estuvo en contacto con el "Piojo" en todo el primer semestre del año, teniendo la última conversación personal con el técnico nacional, cuando ambos coincidieron en el Centro de Alto Rendimiento de la Federación Mexicana de Futbol (Femexfut), apenas el mes pasado en la capital del país.
El sinaloense aceptó que se encontró con sentimientos encontrados, debido a que pudo haber formado parte de la delegación mexicana en la justa mundialista, aunque la lesión lo marginó de la competencia.
Sabe que por su corta edad le llegará su tiempo para Rusia 2018, y aunque falta todo un ciclo completo de cuatro años, sabe que deberá mantener la regularidad que lo ha llevado a grandes latitudes con Santos Laguna y la Selección Nacional, tanto en categorías juveniles como en la mayor.
