El psicólogo Octavio Rivas dijo que la nueva ley para regular las porras y las barras en los estadios es 'puro rollo'.
En el año 2000, en las instalaciones del club Atlas, en Guadalajara, la Federación Mexicana de Futbol (FMF), a iniciativa de su entonces presidente, Alberto de la Torre, realizó el Primer Congreso de Porras.
El motivo fue claro, la ola de violencia que en ese tiempo se desataba en el futbol mexicano por el crecimiento de las llamadas barras.
Octavio Rivas, psicólogo especializado en deporte, fue el encargado de organizar dicho congreso, que reunió a los grupos de animación de los equipos
Hubo iniciativas y acuerdos, entre ellos la credencialización, el poner cámaras en todos los estadios entre otros aspectos... Y ¿qué pasó con todo eso?
"Pues nada. Como les iba a costar a los directivos, mejor se hicieron de la vista gorda y lo dejaron pasar. Nunca vieron que podían ganar con el plan. Parece que debe haber muertos para que de veras se pongan las pilas", recuerda el doctor.
-¿Qué le parece el cambio en las leyes?
-Es una buena tentativa para resolver el problema, pero no lo va a resolver. Nada, es puro rollo. Es solamente la calentura del momento.
Después de ese Congreso en Guadalajara, hubo dos más. "Dos o tres líderes violentos que controlaron a sus grupos, pero después hubo directivos que les dieron dinero y los mandaron a Argentina para que vieran cómo podían hacerle al machito.
-¿El concepto de barras es malo?
-No, las malas son las personas. Soy cirujano y te puedo salvar la vida, pero también te clavo el bisturí y te la fastidio. Depende en qué manos estén las barras y para qué fines las quiere utilizar.
-Muchos barristas hablan de represión, ¿están exagerando?
-Puede haber algo, porque los policías están igual de locos que estos cuates y puede existir. Pero se pierde de vista que la solución es educar: primero a los policías y luego a los directivos, que son los que toman decisiones.