Los estadounidenses sufrieron para llegar a la concentración. (EFE)
La selección estadounidense no tuvo problema para recorrer en avión los 530 kilómetros que hay entre Jacksonville y Miami. Tampoco hubo dificultades en el viaje nocturno de 6,500 kilómetros hasta Sao Paulo.
Lo complicado fue avanzar por las congestionadas calles de Sao Paulo, desde el hotel donde se concentran los jugadores hasta el campo donde entrenan, un recorrido de seis kilómetros y medio.
"No hemos tenido complicación alguna, salvo por el tráfico. Fuera de eso, nada está mal", dijo el arquero Tim Howard el lunes, después de que los estadounidenses aterrizaron en Brasil, exactamente a una semana de que disputen su primer partido de esta Copa del Mundo, frente a Ghana.
El equipo aterrizó en un vuelo de American Airlines procedente de Miami y llegó a su hotel aproximadamente dos horas y 20 minutos después, en un autobús pintado con una imagen de la bandera estadounidense y con la leyenda "Unidos por un equipo, conducidos por una pasión". Vehículos de la policía abrieron paso al autobús, y un helicóptero sobrevoló la zona durante el desplazamiento.
Cuatro soldados en uniforme y una treintena de policías con equipamiento antimotines montaban guardia frente al hotel, adyacente a un parque, en una calle flanqueada por árboles. Los jugadores, algunos con los ojos llorosos, recibieron un aplauso cuando entraron al vestíbulo del hotel.