Estereotipos que matan
Mucho se habla sobre la violencia y los estereotipos que la sociedad ha impuesto a lo largo de los años a las mujeres, sin embargo, ser hombre tampoco es fácil, mucho menos a la hora hablar sobre sexualidad.
Los estereotipos sexuales son creencias generalmente aceptadas como “naturales” y poco cuestionadas que definen cómo hombres y mujeres debemos expresar nuestra sexualidad, a partir de estos estereotipos se generan los roles de género, que son las funciones para las que cada uno de los sexos están legitimados.
Aun recuerdo escuchar a algunas mujeres de mi familia decir, que los mejores hombres para comenzar una relación debía tener las tres efes, Feo, Fuerte y Formal, o al menos esos comentarios era los que escuchaba desde que era una niña. Luego fui creciendo y las exigencias eran cada vez más hacia el género masculino.
Desde su nacimiento se viste a los varones de celeste y se les enseña a creer que productividad, conquista, poder, hiperactividad y penetración son sinónimos de virilidad. De pequeños se les enseña a no llorar, a no ser vulnerables, a no quejarse, a no mostrar sus debilidades ni sus sentimientos y a ser autosuficientes y no pedir ayuda. Se les enseña a confundir acción y agresión con masculinidad, a rendir en los deportes aún a expensas de su propia salud, a exponerse a peligros y a deportes de riesgo. Por buena suerte esta asignación de características es cada vez más alejada de la realidad, por lo que los mismos estereotipos de género van cambiando paulatinamente.
En resumen, las características que se atribuyen al modelo masculino les confiere la construcción de un “yo” como protagonistas de sus vidas.
Pero, ¿Cuál es la consecuencia de estos estereotipos en la sexualidad masculina?
Culturalmente los hombres tienden a tener una visión más conservadora respecto a la sexualidad femenina que la que tienen sobre su propia sexualidad.
Al ser percibidos como personas hipersexuales y más agresivas sexualmente, por lo tanto, al hombre se le exige constantemente que pruebe su masculinidad de múltiples formas. Entre algunas de éstas se encuentran el tener múltiples parejas sexuales, el tomar riesgos, el colocar el placer sexual antes de las medidas preventivas como el uso del condón, y el no admitir que necesita orientación o asistencia médica.
Además, se piensa que los hombres siempre deben de estar dispuestos a tener relaciones sexuales, a tener erecciones fuertes capaces de satisfacer a su pareja y ni se diga en cuanto al tamaño del pene se refiere, son muchos los varones que se sienten acomplejados por el tamaño y buscan como hacer que luzca mas grande, incluso algunos acuden a las intervenciones quirúrgicas.
Todo esto lo único que genera en los varones es estrés y angustia de fallar a la hora de ir a la cama, ya que las expectativas son muchas, y lejos de vivir una sexualidad plena y satisfactoria, los aleja de su cuerpo y sus necesidades.
Con tristeza observo que son cada vez más los hombres jóvenes que acuden a mí por disfunción eréctil y peor aun que exijan una pastilla como método rápido y eficaz para su síntoma, sin antes hacer una evaluación del caso, sin embargo las cosas no son así, muchas veces el síntoma solo es la punta del iceberg de alguna problemática psicológica más profunda.
Hombres si hay algo que afecte o entorpezca su vida sexual sea lo que sea, los invito a acudir con los profesionales de la salud pertinentes, ya sea médicos/as, urólogos/as, terapeutas sexuales, psicólogos/as.
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Facebook. Sexóloga Hilda Vázquez
Correo. hilda.vazquez.29 @hotmail.com