Libertad. El activista fue arrestado hace cinco años. (ARCHIVO)
Al cumplirse cinco años de su arresto en Cuba bajo cargos de espionaje, el excontratista estadounidense Alan Gross amenaza con iniciar una huelga de hambre, rechaza casi todas las visitas y dice que morirá en prisión si no lo liberan antes de cumplir 66 años en mayo, dijeron familiares y defensores ayer miércoles.
Es imposible medir la gravedad de la amenaza de Gross, pero evidentemente su caso es esencial para una eventual distensión entre EU y Cuba. Sus declaraciones acentúan la sensación de que en los próximos meses se podría cerrar la ventana de oportunidad para que el gobierno del presidente Obama y Cuba tomen medidas para normalizar la relación.
Durante su primer período, Obama flexibilizó las restricciones sobre los viajes y las remesas de dinero a la isla, y en el segundo ha propiciado otros cambios. Ahora que Panamá, como anfitrión, ha invitado al presidente Raúl Castro a ser el primer gobernante cubano que asiste a la Cumbre de las Américas, la reunión anual de países del continente, muchos consideran que el período hasta el 10-11 de abril es el plazo para que Washington tome medidas. EU mantiene un embargo económico sobre Cuba y la tiene en su lista de estados que patrocinan el terrorismo. Tres de cinco agentes de inteligencia cubanos condenados por operaciones en territorio estadounidense siguen en la cárcel, un tema de comentarios e indignación constante.