Medio ambiente. Barack Obama y Xi Jinping buscan poner las bases para frenar el cambio climático. (AP)
El histórico acuerdo alcanzado entre Estados Unidos y China sitúa a los dos países que más contaminan del mundo en el camino para reducir rápido sus emisiones de gases con efecto invernadero, a los que se considera responsables del calentamiento global. Con la cuenta atrás para un acuerdo climático mundial en marcha, los dos países están buscando dejar atrás su respectiva fama de poco considerados con el medio ambiente con la esperanza de que otras naciones se animen a emprender acciones igual de agresivas.
Estados Unidos, uno de los principales defensores del esperado tratado, está fijando un ambicioso nuevo objetivo para frenar las emisiones de dióxido de carbono. China, cuyo apetito por una energía barata ha crecido junto a su floreciente economía, acordó por primera vez ajustarse a un plazo autoimpuesto para cuando alcance el límite de sus emisiones.
Los anuncios del presidente de Estados Unidos, Barack Obama, y su homólogo chino, Xi Jinping, ayer miércoles en Beijing, sorprendieron a los ambientalistas que, aunque deseaban acciones de este tipo, sospechaban que las reticencias de China y la débil posición política de Obama podrían interferir. En Washington, los republicanos se mostraron también desconcertados, acusando al líder estadounidense de establecer una obligación no realista para el próximo presidente.
De hecho, el acuerdo se había estado debatiendo en privado durante meses. Funcionarios estadounidenses dijeron que el secretario de Estado del país, John Kerry, planteó la idea durante una visita a China en febrero, y Obama la secundó escribiendo a Xi en primavera para sugerir que las dos mayores economías del mundo debían unir sus fuerzas.