El teniente general Mark Milley, comandante de la base, indicó que existe una 'fuerte posibilidad' de que el soldado Iván López haya tenido 'un altercado verbal' con otro soldado o soldados inmediatamente antes de la balacera. (Foto: AP)
El soldado que mató a tres personas en la base militar de Fort Hood pudo haber discutido con otro miembro del servicio antes del ataque, y los investigadores creen que su inestable salud mental contribuyó a la conducta violenta, dijeron el jueves las autoridades.
El teniente general Mark Milley, comandante de la base, indicó que existe una "fuerte posibilidad" de que el soldado Iván López haya tenido "un altercado verbal" con otro soldado o soldados inmediatamente antes de la balacera ocurrida el miércoles en la misma base militar donde sucedió una masacre en 2009.
Sin embargo, no hay indicios de que el ataque haya sido contra soldados específicos, señaló Milley.
López nunca estuvo en combate durante un período en que fue enviado a Irak y no había mostrado riesgo de violencia antes de la balacera, dijeron funcionarios.
El puertorriqueño conductor de camión, de 34 años, parecía tener un expediente limpio que no mostraba vínculos con grupos extremistas. Pero el secretario del ejército prometió que los investigadores mantendrían abiertas todas las posibilidades en su indagatoria del soldado cuyo atentado terminó cuando se disparó en la cabeza.
"No estamos haciendo ninguna suposición. Vamos a mantener una mente abierta y una investigación abierta. Iremos a donde nos conduzcan los hechos", dijo el secretario del ejército John McHugh, al tiempo que explicó que ese "posible involucramiento extremista se sigue analizando muy, muy cuidadosamente".
El Scott & White Memorial Hospital en el cercano Temple, Texas, aún está atendiendo a cinco de las 16 personas que resultaron heridas. Tres se encuentran graves, y dos más están en buen estado y podrían ser dadas de alta más tarde.
Directivos del hospital no tenían información sobre pacientes que están siendo atendidos en otros sitios, incluido el hospital de la base. Pero debido a que el Memorial es el único centro del área especializado en traumatismos, los pacientes con las heridas más graves probablemente fueron llevados allá.
Horas después del ataque del miércoles, investigadores comenzaron a revisar si López tenía traumas psicológicos crónicos por su estancia en Irak. El atacante había solicitado atención por depresión, ansiedad y otros problemas, y estaba tomando medicamentos, dijeron oficiales militares.
Los investigadores revisaron la casa del soldado el jueves e interrogaron a su esposa, dijo Chris Haug, vocero de Fort Hood.
Según los relatos, López entró a uno de los edificios el miércoles por la tarde y empezó a disparar su arma semiautomática calibre .45. Luego se metió en un vehículo y siguió disparando, hasta que entró en otro edificio, pero fue cercado por policías militares en un estacionamiento, dijo Milley.
Cuando se acercaba a uno de los policías, el atacante alzó las manos, pero luego puso una debajo del chaleco y sacó su pistola. Entonces la mujer policía sacó su propia arma, y acto seguido el individuo se mató de un tiro en la sien, agregó Milley.
López creció en Guayanilla, un poblado de menos de 10 mil habitantes en la costa suroeste de Puerto Rico, con una madre que era enfermera en una clínica pública y un padre que realizaba trabajos de mantenimiento para una compañía generadora de electricidad.
Glidden López Torres, quien dijo ser un amigo vocero de la familia, dijo que la madre de López falleció de un ataque cardiaco en noviembre.
El soldado estaba molesto porque sólo le otorgaron un permiso de 24 horas para asistir a su funeral, el cual fue retrasado casi una semana para que él pudiera llegar, señaló el vocero. El permiso fue extendido entonces a dos días.
López se unió a la Guardia Nacional de la isla en 1999 y prestó servicios durante un año en una misión de pacificación en la Península del Sinaí en Egipto a mediados del 2000. Ingresó al ejército en 2008, dijo McHugh.
No participó en combates durante los cuatro meses que estuvo en Irak como conductor de camión en 2011. En su registro de servicio no se menciona que haya recibido una medalla Corazón Púrpura, lo que significa que nunca fue herido, indicó McHugh. Llego a Fort Hood en febrero proveniente de Fort Bliss, Texas.
Tuvo consulta con un psiquiatra el mes pasado y no mostró "señales de ninguna probabilidad de violencia contra sí mismo ni contra otros", agregó McHugh.