Rezos. Familiares de los estudiantes normalistas realizaron un rosario para pedir por su bienestar.
Los familiares de los 43 jóvenes que permanecen desaparecidos desde el 26 de septiembre exigieron ayer al Gobierno mexicano que se los entreguen con vida, pues no creen que estén entre las 28 víctimas halladas en seis fosas clandestinas en la ciudad de Iguala.
El presidente mexicano, Enrique Peña Nieto, "nos los tienen que entregar con vida", dijo Manuel, tío de uno de los alumnos de la Escuela Normal de Ayotzinapa que desaparecieron en Iguala tras unos ataques a tiros en los que murieron seis personas y 25 resultaron heridas.
"Lo único que nos interesa es que nos regresen a nuestros jóvenes", insistió desde las instalaciones de la escuela dedicada a la formación de maestros de primaria, en el municipio de Tixtla (estado de Guerrero), donde se han instalado decenas de familiares de los desaparecidos a la espera de noticias.
"No es que nos haga un favor, es su obligación buscarlos y entregarnos a nuestros hijos con vida", afirmó una mujer que prefirió no identificarse, después de que el mandatario anunciara una "profunda investigación" de la violencia registrada en Iguala".
"Nuestros hijos no hicieron nada indebido para que nos hicieran esto", añadió la mujer, convencida de que el Gobierno ha querido exterminar la escuela porque "no le conviene tener un pueblo preparado".
Peña Nieto calificó esos actos de "indignantes, dolorosos e inaceptables" y dio la razón a los familiares de los jóvenes desaparecidos.
La Procuraduría General de la República asumió este fin de semana la investigación del caso, ante los indicios de que el crimen organizado participó en los hechos.
Según la fiscalía de Guerrero, la noche del 26 al 27 de septiembre pasado unos 22 policías municipales y presuntos miembros de grupo criminal Guerreros Unidos dispararon contra estudiantes de la Escuela Normal y un autobús de un equipo de fútbol juvenil.
Los ataques comenzaron después de que los alumnos se apoderaran ilegalmente de varios autobuses privados para regresar a la Escuela Normal, que funciona como internado, luego de hacer una colecta en Iguala.
Además de los seis muertos y 25 heridos, esa noche desaparecieron decenas de jóvenes, que según varios testigos, fueron subidos a varias patrullas de la policía.
La fiscalía de Guerrero confirmó el domingo el hallazgo de 28 cuerpos en seis fosas clandestinas, pero los familiares de los desaparecidos se resisten a creer que puedan corresponder a algunos de los alumnos que desaparecieron y piden que sigan las labores de búsqueda.
Tampoco dan credibilidad a tres de los detenidos, hasta ahora un total de 30, que según las fiscalía estatal confesaron haber asesinado esa noche a unos 17 estudiantes en un cerro de Iguala.
El padre de un joven de 19 años señaló que el único delito de su hijo es que estuviera estudiando en la Normal de Ayotzinapa y pidió compasión a los sicarios que, dice, tienen a los 43 jóvenes en su poder.
Ataques son indignantes: Peña Nieto
El presidente de México, Enrique Peña Nieto, dijo estar profundamente "consternado" por los hechos violentos registrados la noche del 26 de septiembre pasado en la ciudad de Iguala, que calificó de "indignantes, dolorosos e inaceptables".
En un breve mensaje a los medios de comunicación, el mandatario indicó que había ordenado a su gabinete de seguridad participar en el "debido esclarecimiento" de la ola de violencia que dejó al menos seis muertes y la desaparición de 43 estudiantes de magisterio en Iguala, en el sureño estado de Guerrero.
"Lamento, de manera particular, la violencia que se ha dado y sobre todo que sean jóvenes estudiantes los que hayan resultado afectados y violentados en sus derechos en el municipio de Iguala", señaló Peña Nieto, quien dijo sentirse "profundamente indignado" y "consternado por la información divulgada el fin de semana".
La fiscalía de Guerrero confirmó el domingo el hallazgo de 28 cuerpos en fosas clandestinas en Iguala y que podrían corresponder a algunos de los 43 alumnos que desaparecieron hace 10 días tras una serie de ataques contra estudiantes en los que participaron policías y miembros del crimen organizado.
Aunque las autoridades esperarán los resultados de las pruebas genéticas para determinar la identidad de los 28 cuerpos, algunos calcinados y otros fragmentados, tres detenidos por los hechos del 26 de septiembre confesaron haber asesinado unos 17 estudiantes en un cerro de Pueblo Viejo, donde fueron halladas las fosas.
El jefe de Estado dijo que los familiares de los desaparecidos y la sociedad "demandan con toda razón el esclarecimiento de los hechos".