Algunas personas llegar a hacer cosas bajo los influjos del alcohol que en sus cinco sentidos jamás se atreverían. (ARCHIVO/ INTERNET)
Quizá te ha pasado; vas a un bar a beber unas cuantas copas y ya en el ambiente decides tomar unas cuantas más, después de un rato el sentimentalismo se apodera de ti y entonces le mandas un mensaje o le marcas a esa persona que extrañas y que, de estar sobrio jamás te atreverías a hacerlo.
Al día siguiente despiertas y te das cuenta que enviaste mensajes comprometedores y te arrepientes. ¿Por qué lo hiciste?
El psicólogo Bruce Bartholow realizó un sencillo estudio que le permitió entender por qué las personas bajo los influjos del alcohol tienden a hacer este tipo de actos.
Para lograrlo sometió a un experimento a 22 jóvenes en estado etílico para que respondieran un examen, cada vez que uno de ellos se equivocaba en alguna de las respuestas sonaba una alarma con la intención de que corrigieran ésta, pero terminaron demostrando que pese a la advertencia esto no les importó y continuaron respondiendo la prueba.
En cambio, a otros 22 jóvenes completamente libres de alcohol se les aplicó la misma prueba y el resultado arrojó que cada vez que sonaba la alarma ellos trataban de corregir el inciso que habían respondido de forma errónea.
Bartholow llegó a la simple conclusión de que las personas borrachas pierden el sentido de las consecuencias y se atreven a hacer toda clase de actos, no sólo mandar mensajes de texto a sus exparejas, si no a cualquier otra clase de desmanes.
Al carecer de este sentido autocrítico los ebrios son capaces de hacer cualquier cosa, sin importar el riesgo que implique ni los efectos secundarios que con ello contraiga su acción.
