Dato. Las importaciones y exportaciones de gas deberán ser evaluadas para ver su viabilidad.
Para la máxima autoridad normadora de la industria energética del país, la Comisión Reguladora de Energía (CRE), la estrategia que piensa seguir Pemex de importar gas de Estados Unidos para luego exportar el que se producirá localmente puede traer serias consecuencias legales con el gobierno estadounidense.
El comisionado Francisco Barnés de Castro, cuestionó que bajar gas del mercado estadounidense y venderlo "entre comillas como mexicano" es embolsarnos la diferencia de precios con "sombrero ajeno".
México compraría gas estadounidense con precios de entre tres y cuatro dólares el millón de BTU (unidad de medida) y colocaría el gas local en el Pacífico a 14 o 15 dólares.
Durante la reunión anual de la Asociación Mexicana de Gas Natural (AMGN), el comisionado de la CRE salió al paso de los comentarios del subdirector de Pemex Gas, Jorge de la Huerta, quien detalló durante el evento la estrategia de construir una planta de regasificación en Salina Cruz, Oaxaca, desde donde México exportará gas natural a la región de Asia-Pacífico, con un primer embarque en 2021.
De hecho, apenas el pasado 5 de noviembre, Pemex dio a conocer en Houston, Texas, el proyecto de desarrollo de instalaciones de licuefacción de gas natural en la costa del Pacífico, las cuales requerirán una inversión de 6 mil millones de dólares, y que serán las primeras de su tipo en México.
El director general de Pemex Gas y Petroquímica Básica, Alejandro Martínez Sibaja, habría explicado en Texas que este proyecto es la segunda fase del Cinturón Transoceánico que unirá la terminal marítima de Pajaritos, Veracruz, con la refinería de Salina Cruz, Oaxaca.
El funcionario indicó que el objetivo es "aprovechar la ubicación geográfica del país y las oportunidades de negocio que brindan las condiciones de mercado para transportar, a través del Istmo de Tehuantepec, el gas natural que producimos en el Golfo de México".