DESPERTAR... ES
En este 10 de mayo, ¿qué es… SER MAMÁ?
Estábamos sentados a la hora del almuerzo cuando mi hija casualmente mencionó que ella y su marido estaban pensando en "formar una familia".
Estamos haciendo una encuesta, bromeó. "¿Crees tú que debería tener un bebé?".
"Te va a cambiar la vida"; dije yo, manteniendo un tono neutral.
"Ya sé", dijo ella, "no más dormir el fin de semana, no más vacaciones espontáneas", pero no era a eso a lo que yo me refería.
Miré a mi hija, tratando de decidir qué decirle. Quería contarle que las heridas físicas de tener un bebé sanarían, pero convertirse en madre le dejaría una herida emocional tan grande que la haría para siempre vulnerable… Quería decirle que nunca más leería el diario sin preguntar: "¿y si ése hubiera sido mi hijo?". Que cada caída de avión, cada casa que se incendia, cada accidente de tránsito la van a perseguir. Que cuando vea una foto de un niño hambriento, se preguntará si no hay nada peor en la vida que ver a tu propio hijo morir.
Miré sus manos con manicure y su perfecto traje de dos piezas y pensé que sin importar cuán sofisticada es ella, convertirse en madre la reducirá al nivel más primitivo donde lo más importante es proteger a su crío. Que el llamado urgente de "¡mamá!" le hará quebrar su fuente de cristal más fino sin siquiera dudarlo.
Me gustaría advertirle que sin importar cuántos años ha invertido en su carrera, serán descarrilados por la maternidad. Podrá contratar una nana, pero algún día tendrá que ir a una importante reunión y recordará el dulce olor de su bebé. Tendrá que endurecer su corazón para no volver corriendo a casa, sólo para asegurarse de que está bien.
Quería decirle a mi hija que las decisiones comunes de cada día ya no serán rutina. Que la decisión de un niño de cinco años de ir al baño de varones en McDonald's en vez del de mujeres será un problema gigante. Ahora que ella daría su vida en un momento por salvar a su bebé, también comenzará a pedir por más años de vida, no para cumplir sus sueños, sino para ver los de sus hijos cumplidos. Quería decirle que la cicatriz de la cesárea y las estrías se convertirían en sus medallas de honor.
La relación de mi hija y su marido cambiará, pero no de la manera que ella piensa. Ojalá ella entendiera cuánto más se puede amar a un hombre que es cuidadoso para poner talco a su bebé o que siempre tiene tiempo para jugar con él.
Quiero que sepa que se volverá a enamorar de su marido por razones que ahora encontraría muy poco románticas. Quisiera que ella pudiera sentir el lazo que tendrá con otras mujeres que han tratado de detener guerras, acabar con los prejuicios y no manejar bajo los efectos del alcohol.
Quiero describirle a mi hija la felicidad que se siente al ver a tu hijo aprender a andar en bicicleta. Quiero capturar para ella la risita divertida de un bebé cuando toca por primera vez el pelaje de un perrito o de un gato. Quiero traspasarle esa alegría. La mirada interrogante de mi hija me hizo notar lágrimas en mis ojos.
"Nunca te arrepentirás", dije finalmente. Me acerqué a ella, apreté sus manos y le deseé lo mejor, ya que había recibido el más maravilloso de los llamados, el gran don que Dios da a las mujeres... ¡El don de ser mamá!
Muchas felicidades mamá, porque aun siendo ya un hombre, me sigues tratando con la dulzura y el amor con que una madre trata a sus hijos, sin importar su edad. ¡Muchas felicidades a todas las mamás en su día! ¡Dios les bendice y les acoge!
"La esperanza es algo bueno, tal vez lo mejor. Y lo bueno nunca muere. Estaré deseando que estas palabras te encuentren y te encuentren bien".
A la luz de nuestras familias, decía Jesús, "No me digas que me amas, dime cómo vives". "La familia que reza unida, permanece unida". Iniciativa Laguna, un proyecto de valor y de valores para los laguneros y el Mundo.
Estoy a sus órdenes en la dirección electrónica: despertar_es@live.com. A través de Twitter: @Germandelacruzc. Lo invito a visitar mi blog, con más de 290 artículos de su interés: www.familia.blogsiglo.com
"Quien no vive para servir, no sirve para vivir".