Pensión vitalicia
El último gran escándalo político (cada semana hay uno) se refiere a la “pensión vitalicia” que el Congreso aprobó a favor de los magistrados del Tribunal Electoral Federal y que supuestamente fue introducido a horas de la madrugada por no se sabe qué duendecillo fraudulento en el dictamen final de la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación.
Varios analistas se han dado a la tarea de calcular lo que esta “pensión” significa en pesos para cada uno de los magistrados una vez que se retiren y descubren cifras realmente espantables.
Se llevarán verdaderas fortunas a su casa y éstas les estarán llegando puntualmente, mes con mes, año con año a las puertas de su hogar y todo con cargo al erario federal.
Bueno, todo trabajador o empleado tiene el derecho de recibir una pensión una vez que ha cumplido con el plazo legal establecido para su retiro.
Pero en este caso, el asunto ha despertado en la opinión pública una rechazo absoluto a tal “premio” por un lado porque no cumplen con los años de trabajo que la ley impone y por otro porque por ningún lado se ve que tales magistrados se merezcan compensación vitalicia tan desproporcionada.
Y para colmo, para millones de mexicanos este Tribunal en funciones traicionó al país al otorgarle el triunfo electoral a EPN a pesar de las evidentes pruebas de que el “triunfo” del priista no fue legítimo.
El asunto pues, con toda razón, ha despertado las peores críticas y repudio de todos los sectores sociales y de buena parte de los analistas políticos del país.
Algunos miembros de los partidos de oposición han venido declarando que en el mes de junio interpondrán un recurso legal para anular dicho acuerdo insultante.
Veremos si no pasa lo que con frecuencia sucede, que el asunto se va al olvido porque hay nuevos escándalos en ese momento.
Vergonzoso como otros muchos este caso de abuso del poder priista. La sociedad (sobre todo los jóvenes) ya está detectando cómo se las gastan los del “nuevo PRI”.
Muchos y con toda razón han visto este asunto como un pago “por favores prestados” (hacer presidente a Peña Nieto) y anticipo “por lealtades futuras”.
Héctor Astorga,
Torreón, Coahuila.