Clamor de ayuda
Propongo a la Organización de las Naciones Unidas para la alimentación y la agricultura (F.A.O.), entidad que tiene un gran potencial de recursos económicos y de toda índole ; a fundaciones, gobiernos y organizaciones con genuino espíritu altruista, a actuar con contundencia en apoyo a las depauperadas regiones del mundo azotadas por la hambruna. La idea consiste en recolectar sistemáticamente los desperdicios y sobrantes consumibles de restaurantes y supermercados de los países desarrollados para que estos sean transformados en un amasijo, higienizarlo y enviarlo congelado por los medios adecuados para alimentar a los desesperados habitantes de las poblaciones de las múltiples zonas en desgracia, a quienes nada importan los elementos de la gastronomía como el sabor y presentación , sino que simplemente anhelan satisfacer la necesidad primaria nutrirse.
No soy científico ni técnico, por lo que estoy consciente que la idea es primitiva y burda pero perfectible, misma que de haber voluntad de desarrollarla, conllevaría un costo financiero relevante, aunque ínfimo, apreciándolo desde la perspectiva para erradicar el desmesurado sufrimiento y mortandad de muchos millones de congéneres olvidados por un sector privilegiado, insensible, ciego y egoísta.
Francisco Benavides Bayer
Cuernavaca, Morelos
***
¿Cuánto esperar de los hijos?
En muchas familias se habla de los estudios con los hijos el día que llegan las notas del colegio. Aunque esa calificación es importante, no debe ser el único índice para valorar el rendimiento escolar de los hijos, porque cada chico es distinto de los demás y las circunstancias también son diversas. El rendimiento de un estudiante es satisfactorio cuando se adecua a su capacidad intelectual y al esfuerzo realizado. El rendimiento es suficiente cuando su nota es de aprobado o de progresa adecuadamente. Pueden ocurrir dos situaciones paradójicas. La primera es que el estudiante aprueba con el suficiente pero su rendimiento es claramente insatisfactorio porque podía haber obtenido mejor resultado como consecuencia de progresar en su aprendizaje de acuerdo con lo que cabía esperar de él. Este es el caso de los chicos superdotados que con las explicaciones y con muy poco esfuerzo consiguen el aprobado. También cabe que el profesor sea poco exigente y se conforme con pocos conocimientos. La segunda situación sería la del estudiante que se esfuerza y dedica bastantes horas al estudio pero no logra el suficiente. Podría deberse a que no sabe estudiar con un método eficaz o que le faltan los conocimientos básicos de esa materia para poder progresar o que el profesor es demasiado exigente.
De cualquier forma los padres no pueden valorar las notas del colegio en sí mismas porque pueden caer en tres errores: exigir al hijo menos de lo que puede dar, fomentando así la comodidad y el conformismo.
Valentín Abelenda Carrillo
Girona, España