Obras sin corazón
Hace unos días acudí con mi hija al casi nuevo parque La Esperanza, de esta ciudad de Gómez Palacio, Dgo., y con gran tristeza observé que el parque presenta ya signos de grafiti en bancas, juegos e incluso paredes de las casetas de entrada...en la parte interior del parque, lo único verde que se ve es donde se colocó el pasto sintético pues los pocos jardines lucen secos con plantas y árboles muertos o en proceso de morir.
¿Qué es lo que pasa? se supone que hay personal del municipio encargados del cuidado del parque, en el que se supone se han invertido decenas o ya más de cien millones de pesos tan sólo en sus primeras etapas, es muy mediático para las autoridades inaugurar obras y posar para la foto que irá en el correspondiente informe municipal o estatal en donde todo luce impecable, todo es bello, moderno, deslumbrante...pero que después luce abandonado, descuidado, destruido, no niego la parte que nos corresponde como ciudadanos de cuidar los pocos lugares de esparcimiento con que contamos, pero en el caso concreto de el Parque La Esperanza, que es un lugar pensado como una área verde y que tiene poco de haber sido abierto a la ciudadanía, el ver los jardines llenos de escombros y tierra seca y árboles recién plantados ya secos por falta de cuidado, da tristeza y coraje, se supone que hay trabajadores a cargo del mantenimiento, sin embargo su trabajo no se observa.
Un parque que debería ser un orgullo para la ciudad requiere una atención y mantenimiento permanente al igual que cualquier otra obra que embellezca nuestra tan abandonada ciudad. Seguimos haciendo millonarios a nuestra clase política pero no hay dinero para cosas que realmente nos den calidad de vida y nos den identidad como ciudad. Gómez Palacio no es sólo el Blvd. Miguel Alemán.
Gerardo Vázquez
Gómez Palacio, Dgo.
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¿Cambios reales en Gómez?
Respetuosamente escribo para argumentar sobre los cambios, si es que se puden llamar así, que ha sufrido Gómez Palacio. Se jactan las autoridades de que franquicias y negocios que antes ni se asomaban en la ciudad, ya están ahí.
Pero lo cierto es que eso no es directamente proporcional a la majora de vida de sus ciudadanos. No entiendo cómo es posible que mientras se abren cafés o restaurantes, los baches se mantengan en las calles, o, peor aún, continuamos sin policía ni tránsitos.
Porque en materia de seguridad y servicios públicos, es justo decir que nuestro querido Gómez es tierra de nadie, ya que nadie se aboca a resolver las carencias primarias, mientras los ciudadanos se deslumbran por las luces neón de negocios que no aportan nada más que una falsa modernidad.
Luis Charles
Gómez Palacio, Dgo.