El empleo en La Laguna
Como dice la canción: ¿Adónde vamos a parar? En la Comarca Lagunera hay un desempleo tan marcado que en los anuncios de los diarios locales semana a semana y tal vez de diario, aparecen anuncios de empleadores de otros estados.
Esto porque el desempleo es un secreto a voces en toda la república, y hay laguneros que tuvieron que emigrar, ya sea por la inseguridad o por falta de trabajo.
Y no es únicamente entre los jóvenes egresados de universidades, el problema es una cosa general tanto mano de obra calificada como obreros los que tienen que buscar mejores opciones de vida en otras ciudades donde se obtienen sueldos más justos y trabajo seguro; parece imposible que aquí a dos horas en la ciudad de Saltillo y Ramos Arizpe haya más ofertas de empleo y por obvias razones mejor pagadas que aquí.
Esto porque la ley de oferta y la demanda abarata los pocos puestos que se generan localmente, y los empleadores contratan con sueldos más bajos que en otros lugares donde se batalla para conseguir mano de obra; como dice el dicho “a río revuelto, ganancia de pescadores”, suena un poco injusto, pero es casi una ley de vida en la Comarca Lagunera tan olvidada de sus gobernantes.
Lo más malo que a este problema no se le ve una solución pronta y práctica; no llegan empresas ni se ven intenciones de los gobiernos de atraer inversión a la Comarca, estamos ahora sí que como los cangrejos: caminando hacia atrás, y con un futuro incierto para nuestros profesionistas, hijos, amigos y parientes.
“Y ahora, ¿quién podrá ayudarnos?”
Miguel Martínez,
Ciudadano de Torreón.
‘Dadme una palanca’
Parafraseando a Arquímedes con su famosa cita: “Dadme una palanca y moveré al mundo”, en México, país kafkiano en su máxima expresión, paraíso de corruptos, geografía en la que en un sexenio, trienio, o en cualquier tiempo, emergen literamente de la noche a la mañana, acaudalados prohombres y mujeres cuyo destino es integrarse a la élite y aristocracia que los acoge en sus filas por la importancia financiera que súbitamente adquieren por la gracia de delitos cometidos, con consecuencias trágicas como hambre, pobreza, muerte y violencia.
Efectos indudablemente causados por la corrupción, que para “fortuna” de esos desalmados delincuentes, el pueblo, -por diversos factores, entre ellos el bajo nivel de educación, el costumbrismo y en especial la ignorancia maquiavélicamente fomentada por una difusion manipulada y tergiversada de la información que transmiten algunos medios coludidos con el poder y el capital- no se percata del origen del drama.
Dadme una palanca... y me haré millonario, paráfrasis del físico griego adecuada al medio mexicano.
Francisco Benavides Beyer,
Cuernavaca, Morelos.