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Inolvidable

No recuerdo la fecha exacta, el año entre 1976 y 1979, trabajaba en AGA DESCUENTO, una tienda ubicada en la Avenida Hidalgo pte., entre Juan Antonio de la Fuente y Zaragoza, un jovencito de entré 12 y 13 años de edad con unos carteles bajo el brazo, y una cinta de pegar en su mano, me solicito permiso para pegar un cartel el la vidriera, “¿de qué se trata joven ?” .. “Es para una novillada en la plaza de toros de Lerdo”, al chamaco muy carismático, lo acompañe para escoger el mejor lugar para pegar el cartel, “oye tu vas a torear . sí Señor, me contesto con firmeza, “oye y si te la rifas “, sonriendo me contesto, “pues vaya a verme”. Un par de años después, un amigo muy taurino, orgullosamente nativo de Autlan de la Grana Jalisco, me hablo por teléfono, “Roberto vamos a los toros el domingo “, la verdad me encantaba ir a los toros con el, era un domingo redondo, llevaba a la corrida un termo de dos litros con brandy y coca, sólo pedíamos un par de cocas con mucho hielo, y al terminar la corrida, nos íbamos a su casa, ponía carbón, para unas costillitas cargadas, acompañadas de tronadoras, En la novillada, toreaba el chamaco que me pidió permiso para pegar un cartel . Fue la primera vez que lo vi torear, no soy muy ducho en lo taurino, pero verlo recibir al toro cuando sale a la plaza, de rodillas, y quitárselo con el capote un metro antes, fue muy emocionante, y después sus lances con el capote para arrimar al novillo al picador, para poner las banderillas, lo hacía de diferentes y artísticas formas, y luego sus pases con la muleta, siempre muy cerca del toro, todos con arte y emoción, después de esa novillada mi amigo y yo nos convertimos en sus fans incondicionales . En un viaje a México, visite a mis padres, “hijo el domingo torea el Lagunero, vamos a verlo “ . Esa novillada cada vez que la recuerdo se me hace mejor, una tarde preciosa, la plaza llena, el novillero recibió al toro a puerta gayola, todavía le dio dos pases de rodillas en el centro del ruedo, se levantó, citando al toro de lejos, le cambió el viaje al toro pasándoselo ceñido en una perfecta chicuelina, con la plaza entregada siguió mostrando su arte con el capote. El primer par de banderillas lo puso de poder a poder, cito al novillo de un tercio a otro, toro y torero se arrancaron, y un instante antes del encuentro, le hizo un quiebro, el torero se regresó, y le clavó las banderillas, el segundo par lo hizo pegado a las tablas, para el tercer par, partió las banderillas, y esta vez más pegado a las tablas se las puso al novillo con un rinconcito para su salida, con la muleta se arrimó como siempre, su pases emocionantes, conectaban con pasión, llego el momento de entrar a matar, puso al novillo en suerte, y se tiró a matar con decisión, el pinchazo lo reboto, y rodó por la arena, se levantó enojado, limpiándose la arena del traje, se acercó al burladero para pedir otra muleta y estoque, la plaza quedo en silencio, volvió a poner al novillo en suerte, y cuando estaba listo, arrojó la muleta a la arena, cito al novillo a cuerpo limpio, el toro se arranco, y el al mismo tiempo, y se hizo la conjunción perfecta de matar o morir, el toro rodó herido de muerte, el torero tirado en la arena indemne de milagro, se levantó, y desdeñando a la plaza, se acercó al novillo muerto. y le acaricio el testuz . Fue una tarde inolvidable, INOLVIDABLE como VALENTE ARELLANO.

Torreón Coah.

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