Señor director:
Como funcionario que soy, y he sido durante muchos años, acepto y entiendo la crítica de los medios de comunicación cuando éstos actúan como visores de la eficiencia, eficacia, transparencia y honestidad del servidor público.
Ello contribuye a salvaguardar los intereses de la comunidad y a la competitividad de una administración federal, estatal y/o municipal. Sin embargo, nada aporta a estos propósitos la divulgación de dichos producto de falsos silogismos o de un razonamiento falaz, como en el que se involucra a un servidor en las dos últimas columnas de “Verdades y Rumores”.
El autor de las mismas me imputa el ser una pieza estratégica de un supuesto “eje de poder político Medina-Hernández”, y de “cocinar y sazonar suculentos negocios” para los intereses de dicho supuesto eje, simplemente porque soy amigo de Salvador Hernández Vélez.
Efectivamente soy un gran amigo de Salvador y de su esposa. Espero seguir siéndolo durante el resto de mi vida, pero ello no implica subordinación, asociacionismo político y mucho menos que el IMPLAN Torreón o su director respondan a los intereses de coalición política o económica alguna.
Informo a usted que no pertenezco a un partido, a un gremio, a una asociación política, empresarial o religiosa y que solo mantengo un sentido de pertenencia al Consejo del IMPLAN y al grupo de trabajo del Gobierno de la Ciudad de Torreón.
Las ordenanzas a las que se ajustan los funcionarios de IMPLAN, incluyéndome, provienen de los integrantes de su Consejo Directivo y del alcalde Miguel Riquelme.
Reitero mi respeto al periódico “El Siglo de Torreón” y le solicito publicar esta réplica.
Atentamente,
Eduardo Holguín,
Torreón, Coahuila.
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CINQUEROS
Adiós al periférico, en tanto no se puso en marcha el reglamento del transporte, en el Estado trabajamos muy bien con conocimiento que era ruta no autorizada y dónde nos parábamos o hacíamos sitio de taxis.
Tampoco es base autorizada en eso somos ilegales, nada más que el usuario nos prefería eso nos hacía andar por la ruta.
Ahora que cambiaron las cosas, a buscar nuevos horizontes en espera o con esperanza que algún gobierno estatal nos dé unos espacios en nuestros servicios.
La gente nos prefería porque llegaba temprano a su trabajo, los que van a Torreón inmediatamente transbordaban un servicio muy cómodo, rápido, a la vez barato, y más en las mañanas que todos andan a la carrera, así se vinieron las cosas ni modo, el reglamento no está a nuestro favor como dicen, ya ni llorar es bueno.
Esto no es nada personal con la dirección de transporte porque vivimos en un estado de derecho, y tiene que hacer su trabajo
Atte.
José Ángel López Pérez
Gómez Palacio, Dgo.