La esperanza y el anhelo
Soy un sesentón de normal memoria, que he notado que en este “sexyenio”, el discurso gubernamental, el de los tres niveles, va apelando a lo que en gramática se llama “futuro”, y si no, fíjense en las declaraciones y discursos, con las palabras: disfrutaremos, gozaremos, haremos, crearemos, recibiremos, etcétera. Algo innegable es que las televisoras preponderantes, tienen muchos años explotando la sensibilidad de los mexicanos y ello les ha permitido lograr un gran conocimiento sobre ello, tan es así que lograron colocar en el gusto del elector, una de sus estrellas y están explotando además, ese conocimiento con los nuevos discursos, “con la esperanza de….”, “ojalá y ahora sí….”, “espero que….”, Que es lo que se escucha siempre de los gobiernos entrantes, pero...
Ahora somos un país con cincuenta millones de personas en la pobreza, la mitad de la población del país, y con tendencia a crecer, por ello es primordial, que las acciones que realice el gobierno tengan resultados inmediatos en el beneficio de ellos. Nos dice su publicidad que en el futuro se logrará tal o cual cosa, la experiencia se ha empeñado en demostrarnos todo lo contrario.
Nos dijeron que los 37 mil millones de pesos eran para ponernos en el candelabro, ¿y dónde estamos?; ahora con toda la “cara dura” nos dicen que necesitan 2,000 millones de pesos más para pagarles a los “constructores”, ¿de qué?; vuelve la pregunta ¿y cómo sabemos que efectivamente se les debe?, si tienen la capacidad de modificar leyes a su arbitrio y beneficio, la ciudad se está sumiendo en el drenaje sin capacidad para detenerlo y sin ideas para resolverlo.
Nos dijeron que la Reforma Laboral, traería el beneficio de la creación de grandes cantidades de empleos, ¿dónde están?, a lo mejor en China, la India o en algún otro país asiático, y mientras, la economía informal está sosteniendo que la olla no truene; yo creo que la falta de seguridad es lo que impide su llegada.
Nos vendieron la idea de que la Reforma Fiscal sería en beneficio de la ciudadanía, que para una mejor y más justa administración fiscal, ¿y qué está pasando? Los de siempre estamos pagando el pato, y a los evasores premiándolos, y ahí están las multimillonarias devoluciones de impuestos a Televisa por ejemplo. Y los resultados de la que anteriormente era la 14ava. economía mundial cayendo en todos los rubros. Todas las organizaciones civiles quejándose, ¿y el gobierno?: ni los veo ni los oigo, como hace cien años.
La Deuda Nacional Pública vuelve a seguir creciendo ¿y las obras o beneficios? ¿Dónde están? Desgraciadamente seguimos atascados en el mismo lugar y problemas, ¿por qué será? ¿Qué ingrediente falta? ¿Se requerirá de nuestro involucramiento?, Para limpiar la política, quitarle lo sucio, ¿Quién ganará? ¿Lograremos limpiarla o la política nos absorberá en su cultura de corrupción?, o como dice nuestro primer mandatario, es parte de nosotros.
Tenemos que adoptar nuestro papel de mandantes por el bien de nuestras familias, actuales y futuras, no queremos pensar en panoramas negros, pero, “cuando falta la harina, hay muina” dice el sabio refrán. Por ello es necesario tomar el papel que nos corresponde y que además es un deber como ciudadano, vigilar que los “mandatarios=autoridad” cumplan con su trabajo, que enfoquen su trabajo hacia lo que realmente beneficie a la sociedad: aplicación de la ley, seguridad, agua, facilidad para el trabajo, por decir lo mínimo, lo básico.
Javier Luna Durán,
Comarca Lagunera.
