Peña Nieto y sus aliados
El presidente Enrique Peña Nieto y sus aliados hablan de paz de unidad, de cerrar filas, de problemas de estado no de gobierno, de respaldo de las instituciones, etcétera, etcétera. Este es el lado amable de los “dueños” de México, por el contrario, observe usted la otra cara:
“Que nadie exija justicia violando la ley. En la violencia jamás encontrarán solución. La tolerancia tiene un límite”, con esta frase utilizada también por Gustavo Díaz Ordaz, dan a entender otro baño de sangre.
No son casuales los ascensos, condecoraciones y palabras de aliento a los altos jefes militares, con esto el ejército seguirá protegiendo a las instituciones o sea al caduco sistema, no al pueblo, entre éste a los estudiantes, quienes en varias ocasiones han sido masacrados y desaparecidos por el ejército y grupos represivos de mal gobierno por manifestar su inconformidad a la política negativa contraria al interés popular. Dice el presidente Enrique Peña Nieto: “Atentar contra las instituciones, es atentar contra los mexicanos”.
Respuesta: Las instituciones del presidente Enrique Peña Nieto, conforman un sistema de gobierno viciado y contaminado, que no responde a los intereses del pueblo pobre que es mayoría, pues sólo sirve a un grupo de privilegiados, cuya enorme riqueza contrasta con la extrema pobreza en que viven millones de compatriotas. Quien defiende unas instituciones así, es ¡un traidor a la patria!
Jesús Coronado Navarro,
SanPedro de las Colonias, Coahuila.
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Sucedió en el Nazas
La noche del 11 de mayo de 1912, don Matías Parra, jefe de la Plaza de esta ciudad al reunir a su gente les hace saber que se acercaba el enemigo, que sabía eran más de mil orozquistas, les propuso la evacuación de la Plaza.
Los Esparza, dos muchachos que eran de Durango capital, si no fogueados, pero sí con fama de buenos tiradores, propusieron quedarse y luchar; compañeros, dijo el señor Parra, somos cincuenta hombres, me parece una locura esperarlos, una mayoría propuso luchar.
Los Esparza se quedaron y unos quince más se situaron en la alameda, los demás en la azotea del cuartel (probablemente la finca frente a la Plaza de Armas que después fue de doña Paula Astorga y bocacalles aledañas).
Después de la media noche comenzó el ataque de la Plaza, la avanzadas de la alameda retrocedieron rumbo al Cerro de la Cruz. En la esquina de doña Jesusita Medina de Arreola una placa puesta en la pared nos recuerda al señor Eliseo Medina soldado de la defensa de la Plaza, este hombre allí solo, hizo fuego hasta terminar su parque, arrojó su arma y murió gritando ¡Viva Madero!
Varios muertos orozquistas caídos frente a la casa del señor Adrián Gallegos provocaron que sacaran a este señor para ser acribillado en el mismo lugar.
Don Domingo García, entró a la casa de la señora Estéfana Molina, quitándose con rapidez la chaquetilla y el pantalón de kaki, las mujeres arrojaron a la noria el arma y las cartucheras, cuando entraron los orozquistas, el hombre estaba acostado, la cabeza amarrada y con chiqueadores, quejándose -es mi tío enfermo desde hace varios días, dijo la casera doña Estéfana-.
También don Juan Villarreal, agotado su parque pudo librarse internándose en el monte, se ocultó en el cerro más alto y en la noche se fue a Benito Juárez, su rancho.
Tomado de la libreta de apuntes del Profr. Ciriaco Ríos.
Nota de A. R. De los Esparza ya no se menciona nada.
Digo que la finca de Doña Paula era el cuartel, porque una vez cuando era niño platicando con don Alejo Quiñones respetado vecino del lugar, él así me lo mencionó.