Movimiento politécnico, ejemplar
El día de ayer se dio por terminada la huelga del Instituto Politécnico Nacional.
Se inició así el regreso por parte de los alumnos, a las autoridades politécnicas, a los edificios de 40 instituciones que conforman al IPN.
Termina así (por ahora) un movimiento que a todas luces constituyó un triunfo rotundo para las exigencias de los estudiantes.
Desde mi punto de vista este fue un movimiento modelo, ya que se circunscribió dentro de un ámbito absolutamente pacífico pero al mismo tiempo intransigente, ya que en ningún momento los estudiantes permitieron ser manipulados por las autoridades educativas ni aún por el propio secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, a quien obligaron a salir de su palacio en dos ocasiones consecutivas.
Sus marchas públicas fueron multitudinarias, muy exigentes pero al mismo tiempo muy ordenadas. Sus líderes, a pesar de su juventud, mostraron una gran madurez al hacer sus planteamientos. En la mesa de negociaciones con las autoridades educativas y otras dependencias del Gobierno (personas sin duda muy duchas en el tema educativo y en el manejo político) los muchachos expusieron sus demandas con mucha seriedad y firmeza. Esto es de llamar la atención porque se trataba de representantes de 40 planteles que tras muchas asambleas y muchas horas de discusión y desveladas lograban ponerse de acuerdo entre ellos.
El resultado final es que por lo visto las demandas de los alumnos fueron satisfechas en un muy alto porcentaje. Todas fueron planteadas, según el punto de vista de los estudiantes, en función de lograr la excelencia en la educación impartida por el IPN.
Falta ver si en la práctica resulta tan benéfica para los jóvenes estudiantes como para el país los cambios aprobados, uno de los cuales era el de oponerse a que sus carreras fueran menospreciadas en el mercado laboral ante el supuesto tsunami de inversiones que vendrían para la industria energética (lo cual en estos días ya no se antoja como una posibilidad real).
Hay que señalar que el éxito de los politécnicos se debió en gran medida a su esfuerzo, inteligencia y tozudez, pero no fue menos importante el momento en que se desarrolló todo esto, un momento en que el Gobierno está contra la pared acosado por una sociedad que está manifestando su hartazgo por todos lo agravios que se le han cometido y que han quedado impunes.
¿Estaremos ahora sí viviendo un cambio hacia la reconducción de nuestro país?
¿Serán ahora sí escuchadas las demandas del ¡¡¡YA BASTA!!?.
Héctor Astorga
Torreón, Coahuila.