Administración fallida
En el mes de diciembre, al participar en las peregrinaciones a la Virgen de Guadalupe y circular por la avenida Juárez con asombro vi el deplorable estado en que se encuentra el alumbrado en pleno Centro, la mayor parte de esta avenida está en penumbras, sólo las luces de los comercios proporcionaron algo de luz, tratando de observar más regresé por la avenida Hidalgo y la misma situación y me pregunto, si esto se observa en pleno Centro de la ciudad y el lugar más importante, cómo estarán las colonias de la periferia y el resto de la ciudad.
Para mayor asombro pasé por el edificio de la nueva presidencia y completamente alumbrado estando este inmueble vacío, qué pensará la administración de Olmos ¿qué es mas importante presumir una obra de manera inútil que tener una ciudad bien presentada?
En fin reflexionando sobre esta administración que acaba de concluir, cómo es posible que los ciudadanos de Torreón hayamos permitido que un individuo llamado Eduardo Olmos haya destrozado nuestra ciudad, porque para nadie es desconocido que en este cuatrienio no hubo obra, los servicios de pavimento, agua, alumbrado y seguridad brillaron por su ausencia.
Y una pregunta que debemos hacernos, dónde quedaron los ingresos que se recibieron por impuestos y participaciones federales, acaso se destinaron nada más para nóminas y servicios personales del alcalde y su séquito? Además de los préstamos que se adquirieron y que dejaron una deuda bastante abultada, esto nos lleva a concluir que hubo un enorme desvío de recursos que fueron a parar en los bolsillos principalmente de Olmos y de sus allegados.
Es una lástima que la oposición no haya hecho su trabajo y que las organizaciones no gubernamentales (ONG) o las organizaciones llamadas civiles, hayan sido acalladas y exigir cuentas al presidente Olmos.
Una de las muchas malas formas de actuar de Olmos fue el no dar la cara a la ciudadanía y permanecer siempre en su oficina dejando que sus allegados hicieran lo que se les pegara en gana además de viajar al extranjero para traer inversiones (que por cierto no se vieron).
Como una burla más a la ciudadanía hay un rumor fuerte de que Olmos va a ser premiado por el gobernador con un puesto en la administración estatal a manera de premio por haber hecho un buen papel como presidente municipal de Torreón.
Ahora que empieza una nueva administración y las promesas están a la orden del día, si de verdad el nuevo alcalde desea que le creamos y que esto no va a ser más de lo mismo, por principio de cuentas deberá de denunciar los malos manejos de Olmos y su séquito.
Deberemos de estar atentos a su desempeño y no permitir que sigan destrozando Torreón, por lo pronto le daremos a Riquelme el beneficio de la duda.
Braulio Salazar Adame,
Torreón, Coahuila.