Confianza o desconfianza
Miguel Riquelme, alcalde del municipio de Torreón los próximos 4 años, perderá irremisiblemente la confianza de la ciudadanía si a partir del 1 de enero cuando entró, opte por ignorar el caos que en lo económico deja la pseudoadministración encabezada por Eduardo Olmos Castro.
Para botón de muestra, bastan más de 50 millones de pesos que el municipio adeuda a la empresa recolectora de la basura expulsada por la ciudad. ¿Por qué no se cubrió tal adeudo y muchos otros? Eso ni mención ha merecido por el edil a punto de dejar de serlo y por el tesorero municipal, finalmente nunca desaforado pese a su desmanes y cinismo.
Miguel Riquelme, por su parte, ha externado que adeudos como el mencionado son ajenos a su responsabilidad, lo que bien pudiese entenderse como el final de los tiempos de aquello de que “arreen los que vengan”, etapa conformadora de tan repelente práctica.
Si así fuese, tal postura abriría puertas para exigir responsabilidades y sobre todo lo nunca habido durante los últimos 4 años: Cuentas claras, que faltaron tanto como sobró gasto corriente y pago de honorarios a quienes colateralmente cobraron por supuestos servicios.
Dado tal caso, no se trataría de una cacería de brujas, sino de procurar el debido respeto al comunidad torreonense cuya ciudad, por otra parte, evidencia las consecuencias de la omisión e irresponsabilidad oficial, que se tradujo en abandono en todos los rubros si de servicios públicos se trata.
Así mismo el padecido maltrato a la ciudadanía situado está sideralmente alejado de lo que a la colectividad, legítimamente, debe proporcionársele; el mejor marco posible para el desarrollo de la vida de la sociedad torreonense.
Otros desempeños son, y han sido siempre, de perfectos bribones. La confianza es como el cristal. Una vez que una pieza de dicho elemento queda destrozada, jamás podrá ostentar su condición original, por mucho que se le restaure.
Todo alcalde, durante su ejercicio, tiene el ineludible deber de velar por el bienestar común, alcanzable únicamente con despliegue de probidad y sentido común. Eso esperan, y desean, los torreonenses cuya azotada nave, por estos días, escora por todos lados.
José María Mena Rentería,
Torreón, Coahuila.
***
Piden drenaje en la Santiago Ramírez
Desde hace más de treinta años somos pioneros de la colonia Santiago Ramírez, y las calles están siempre con malos drenajes, cuando llega a llover somos los primeros en inundarnos, sin embargo esto se ha agudizado pues con el agua pestilente estancada al fondo de la colonia por las calles Durango, Tamaulipas, Nuevo León, etc., siempre nos molestan los malos olores. Autoridads municipales van y vienen y no tenemos servicios para mejorar nuestro bienestar social. Espero que esta vez sí tengamos respuesta.
José R. Rodríguez L.
Torreón, Coahuila.
