Sobre tu artículo
Estimado Enrique Irazoqui: El contenido de tu artículo es una muestra de la descomposición en materia del cumplimiento de las leyes y reglamentos que nos rigen. Es algo que no se nos da a los mexicanos, tanto por quien debe aplicarlas como por quien debe cumplirlas. Y esto, tú lo sabes, es un mal que nos caracteriza. La “mexicana alegría, pues”.
Sí, es correcto que el Gobernador Moreira meta en cintura a los propietarios de vehículos automotor que no han cumplido con los ordenamientos de la ley reglamentaria, lo que no está bien es que de golpe y porrazo se estén tomando acciones radicales (requiso del vehículo) para obligar al propietario a adquirir sus placas. Lo criticable es que se dejen correr indefinidamente las transgresiones y de repente se quiera meter al orden a los transgresores generándose así un problema que tiene dos culpables: el gobierno por omiso y el ciudadano por no cumplir con lo que le corresponde como tal.
El otro caso, el de los vehículos “chuecos” es una “ilegalidad permitida”. Un problema social “que permite violar la ley”. Un delito que se comete impunemente así sea para aliviar las necesidades de transporte de la gente de escasos recursos. Nunca las autoridades han podido resolver este problema simple y sencillamente porque no quieren resolverlo y que, desde mi punto de vista sería impedir, pero en serio, la entrada de más vehículos ilegales y a los que ya están aquí pues darles todas las facilidades para que se legalicen. Es totalmente inaceptable que las organizaciones “onappafas” ya se den hasta el lujo de expedir placas. Es algo muy parecido, guardando las proporciones, a la llamadas “Guardias Comunitarias”. Están fuera de la ley, pero se les tolera por conveniencia.
Vehículos sin placas, automóviles “chuecos”, sobreexplotación del acuífero, evasión de impuestos, corrupción generalizada en todos los niveles de gobieno, evasión de la justicia, etc., etc., etc., son los males que padecemos y que, hasta ahora, rehusamos combatir. Preferimos un país mediocre y corrupto.
Héctor Astorga,
Torreón, Coahuila.
***
No chille, no chille...
Por nosotros sale el sol. Así comienza un mensaje que se está transmitiendo por radio, y sigue, nosotros sostenemos nuestra bandera, y siguen frases así por el estilo, y piensas que es del heroico Ejército nacional, pero no, es un comercial de la ¡Cámara de Diputados! como dice Catón, hágame usted el refrabón cabor.
Ahora resulta que tenemos que agradecer a los diputados cuando sale el sol, hay otro comercial donde una niña dice que va a agradecerle a los diputados por el apoyo económico que reciben sus abuelitos, esta sarta de bandidos inútiles y excesivamente costosos con un absoluto cinismo, nos restriegan por la radio su descaro, y todo después que han sido exhibidos por sus propios dirigentes acusándolos de recibir hasta un 35% de los importes millonarios de los recursos que autorizan bajar a los municipios, o sea, la firma vale una muy buena lana, y ustedes creen que se abrió una seria investigación por esa denuncia, no, “perro no come carne de perro”, o lo que es lo mismo entre ellos se tapan sus cochineros. La verdad un buen comercial de estos “jijos de la jinjurria”, sería que vestidos como Cantinflas se quitaran su sombrero, nos pegaran con él, y nos dijeran, no chille, no chille.
Roberto Barranco Aguilar,
Torreón, Coahuila.