‘Ella’ y un tren elevado
Un tren elevado de ciudad Lerdo a Matamoros, Coahuila, sería verdaderamente un proyecto de solución real y futurista al reclamo de transporte en La Laguna.
Un proyecto cuya inversión se antoja imposible y ninguno de los gobiernos de ambos estados apáticos e insensibles hacia La Laguna y sus problemas se aventuraría a iniciar; en primer lugar porque es un proyecto difícil de realizar en un período de gobierno que de los seis años se reduce a tres años, porque son dos para planear las inversiones o en su caso las fechorías o ambas, tres años reales de operación y el fatídico último año mejor conocido como el año de Hidalgo.
Luego el principal obstáculo que es el financiamiento de tan colosal obra, y que nuestros gobernantes y su pequeña imaginación jamás se involucrarán. Es entonces donde surge la gran pregunta de cómo obtener la estructura financiera a todas luces rentable.
Pues la respuesta está en nosotros los laguneros que nunca hemos necesitado vejigas para nadar y menos aun de mojigatos y corruptos gobiernos para sobrevivir y crecer con la intervención de todos los laguneros y que hagamos un gran consorcio como hicieron los habitantes de San Francisco para el entonces carísimo puente Golden Gate y que se construyó en plena depresión económica toda la población entró en la sociedad donde se aceptaron bonos desde cincuenta centavos de dólar de todos los ciudadanos y que al día de hoy valen una fortuna y generan utilidades sobre el peaje del uso de esta crucial vía.
Así pues si los laguneros esperamos que algún día los tres gobiernos o sea Coahuila, Durango y el federal nos otorguen la venia de constituirnos en un Estado independiente, el Estado de La Laguna, ‘Ella’, pues podemos esperar sentados y que nuestra descendencia también siga sentada esperando este anhelado sueño, porque jamás estas autoridades actuarán en contra de sus propios intereses.
Es pues oportuno decir que proyectos verdaderamente trascendentales para el progreso económico y social se lleven a cabo y que generen la unión y sinergia que impulse no sólo la región sino la nación a otro nivel y no estemos atenidos a los gobernantes que aunque no fueran malos, no podrían sin la intervención de todos los ciudadanos, ojalá y aprendamos todos a perseguir verdaderos proyectos progresistas y no nos conformemos con las migajas que hasta ahora nos arroja nuestra nefasta clase política.
La postura de los ciudadanos comunes puede ser proponer y perseguir proyectos trascendentales como éste del tren elevado y no conformarnos con el dichoso metrobús que no es más que dos autobuses conectados con un diafragma que demanda un gran radio de giro y muchas ruedas, un carril para el solo y es contaminante por ser de combustión interna. Mientras que un tren elevado se desplaza en un espacio libre pues va en el segundo piso tendencia de todas las ciudades ya algunas con hasta trenes en el tercer piso y un costo de desplazamiento al cinco por ciento de comparar caucho de ruedas contra el asfalto versus fierro contra fierro del tren, así pues “Ella” puede perseguir la sinergia ciudadana con proyectos verdaderamente ambiciosos y que los ciudadanos llevemos a cabo y no seguir con la mentalidad eterna y retrógrada de estarle solicitando soluciones a los políticos como si fueran los todopoderosos y ellos sigan sintiéndose los próceres, ya basta de andar de limosneros con esos señores.
Arturo P. Salas Juárez,
Torreón, Coahuila.
