El que manda, manda y...
Los dichos de los viejitos son evangelios chiquitos y éste que a continuación menciono lo escuché cuando era adolescente, y dice así: “El que manda, manda y no se equivoca, y si se equivoca vuelve a mandar”. Viene esto a colación por la inquietud de la ciudadanía, particularmente la lagunera, de participar tal vez a contracorriente por la idiosincrasia mexicana, considerando los derechos que le otorga la ley en las decisiones de la autoridad. así como en su cuestionamiento.
Cabe aquí también la reflexión de cómo se ha resignado el pueblo que por varios motivos, empezando por el padre y esposo macho mexicano y las autoridades que desde los aztecas y reforzadas con la conquista española y la conquista azteca a los pueblos de sus alrededores al tener que obedecer sin cuestionar a la autoridad familiar o de gobierno.
Sin embargo, esto es una explicación mas no una justificación por lo que desafortunadamente el ciudadano sólo critica desde las reuniones sociales o de café, el abuso del mandatario. que si se equivoca, con o sin intención, vuelve a mandar sin admitir cuestionamientos. Y viene la resignación y la preocupación, pero sin ocupación.
Pero lo que dice el dicho no deja de ser sabio y con fundamento, porque señala lo que desde hace tiempo ha pasado en México. A nosotros los de Participación Ciudadana 29 Laguna, nos preocupa mucho esta situación y estamos actuando pese a los disgustos de la autoridad y pidiendo a toda la ciudadanía que desde este foro o el que ustedes seleccionen, su participación y no dejarle a los partidos políticos, que desafortunadamente ya han sido rebasados o son comparsas, esta tarea.
Tal vez este dicho, con perdón de nuestros sabios antepasados, pudiera modificarse así: “El que manda, manda y si se equivoca no podrá mandar”.
Jesús Humberto Orduña Rodríguez,
Ciudadano lagunero.
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La mujer que aborta, también es madre
“Ser madre sí o sí” era el título de un escrito sobre el aborto y el proyecto de ley. La autora, una mujer, escribía con sabiduría y ciencia. El argumento principal: “Ninguna ley puede obligar a ser madre, como ninguna ley puede obligar a abortar. Una decisión y otra son exclusivamente responsabilidad personal”.
Hay que reconocer que cuando dice “Ninguna ley puede obligar a ser madre”, tiene de razón. También es cierto que “ninguna ley puede obligar a abortar”, pero lo que sí puede hacer una ley es prohibir abortar, ya que el aborto implica una muerte y en este caso la del más inocente. Así pues, ¿una ley que prohíbe abortar obliga a ser madre? No, ya que una madre es madre antes de que su hijo nazca, es madre desde que su hijo es engendrado. El proyecto de ley no obliga a “ser madre sí o sí” sino que lo que hace es permitir que el hijo continúe viviendo, primeramente dependiente de la madre y una vez nacido con una menor dependencia. El aborto lo que hace es que una madre sea madre de un hijo muerto, pues continúa siendo madre, como si un hijo ya nacido se le muere por otra causa. Ciertamente que el “Abortar es traumático”, en muchos casos más que la muerte natural de un hijo.
Juan García Rodríguez,
Cáceres, España.