Los tiempos de Dios son perfectos
Los tiempos de Dios son perfectos, es la frase más tonta que he escuchado. ¿Por qué querer consolar nuestros fracasos en un ser “todo poderoso”?
¿Qué hemos hecho mal? ¿Qué estamos haciendo mal? El tiempo es vida, la vida lo es todo, menos esperar a que un superhéroe resuelva nuestros problemas.
La gente que espera a que el milagro suceda, le llega la muerte.
La gente que llega a hacer el milagro, espera la muerte, con una sonrisa, sin miedo, en plenitud. Muere, sin embargo, sigue vivo, porque no esperaba nada, ni nadie.
Todo el día estaba activo, pensando, filosofando, si es que, su religión le permite cuestionarse lo que por costumbre se hace, se encuentra estudiando, trabajando, ha apagado el televisor, se ha puesto a buscar respuestas.
Quizá encuentre mil, quizá cien, quizá sólo una, la más importante, veredictos que se volverán vida por quienes sean escuchados, soluciones que pasarán generaciones.
¿Sobrevivirán el cambio climático? No lo han logrado, quizá regresen a quien les dio vida, si es que existe vida después de la muerte, si existe, entonces la frase con la que he iniciado este texto, tiene sentido, función y respuesta: en otra vida, en otro ser, ojalá dejes de esperar.
Isaías Ureña,
Madrid, España.
Marionetas humanas
“La voz del pueblo, es la voz de Dios”, expresión que recientemente escuché, aunque supongo que es de acuñación añeja, frase de la que niego su veracidad en primer lugar por la ausencia de infalibilidad dada la connotación divina en la que se sustenta.
También por las equivocaciones propias por nuestra naturaleza humana y especialmente por la manipulación psicológica magistralmente ejercida sobre las masas en todo el orbe desde las cúpulas del poder y del capital aplicadas con rotundo éxito sobre la humanidad.
Lógicamente variando las métodos y estrategias según el nivel cultural e intelectual propio de cada región, siempre arrojando óptimos resultados al grado de manipular nuestros pensamientos y conductas llegando al límite de idiotizarnos utilizando principalmente como “arma” -con y sin comillas- efectivísima a los medios electrónicos parte del “establishment”’, convirtiendo y proyectando a generaciones presentes y futuras en verdaderas marionetas humanas.
Francisco Benavides Bayer,
Cuernavaca, Morelos.
