El vital líquido
En nuestra Comarca se han celebrado en los últimos diez años innumerables eventos, foros, conferencias, etcétera, a los que han asistido especialistas internacionales y nacionales en asuntos ambientales, renombrados académicos, autoridades federales, estatales y municipales en los que se ha planteado claramente el riesgo que se corre en La Laguna al estar haciendo un uso inadecuado de nuestra agua subterránea al no respetar ni mínimamente lo que el puro sentido común indica respecto a la de extraer únicamente un volumen igual al de la recarga natural para poder hacer eficaz la sustentabilidad y lograr así preservarla para las generaciones futuras.
Se ha planteado igualmente de que la sobreexplotación del acuífero trae aparejado, inevitablemente, el problema de la contaminación del agua subterránea por distintos tipos de sales perjudiciales a la salud humana, especialmente el arsénico.
Todo este argumento que se ha venido planteando durante años ya adquirió la mayoría de edad y está envejeciendo sin que el problema se haya solucionado en lo más mínimo: el nivel del agua continúa disminuyendo de 3 a 3.5 metros anuales y la ominosa y terca presencia del arsénico en el agua sigue aumentando pese al ocultamiento de la información por parte de Simas y pese también a la estrategia que más temprano que tarde se derrumbará y que consiste en el mezclado de aguas menos alcalinas con las más contaminadas para así presentar aguas más o menos potable en los servicios domiciliarios.
No por nada en Torreón se opta por la instalación de costosos filtros (7 millones cada uno) y en Gómez Palacio por la instalación de 64 mil filtros domiciliarios nada más en 2013, ambas estrategias que a la vuelta de muy pocos años quedarán inutilizadas.
Estas “soluciones” no demuestran más que la aceptación simulada del problema. Se gasta mucho dinero en implementar soluciones. Se continúa con el discurso mentiroso y simulador aun de aquéllas varias organizaciones que se han constituido “para salvar el agua”, ya no digamos de las “organizaciones” incondicionales que influyen a favor de que la situación actual se mantenga.
Nadie se atreve a enfrentar el verdadero problema que es a donde realmente deben enderezarse las baterías.
Nadie se ocupa de exigir el cumplimiento estricto de la Ley de Aguas Nacionales por parte de Conagua y menos aun en señalar que el agua subterránea de La Laguna la maneja una Asociación Civil llamada COTAS misma que creo, interfiere, por su poder político y económico, para que la “autoridad del agua”, Conagua, no cumpla con su más importante encomienda que es la de “regular la explotación, uso y control del agua subterránea para lograr su preservación en cantidad y calidad suficientes para las generaciones futuras”, según señala el espíritu de la Ley de Aguas Nacionales. Sólo declaraciones tibias y simulación para enfrentar el problema.
Y para completar el ya de por sí oscuro panorama, ya Peña Nieto acaba de anunciar una nueva legislación sobre el agua. Y como estamos en la feria nacional de las privatizaciones, pues habrá que ver qué es lo que tienen en mente los neoporfiristas al respecto del agua subterránea de La Laguna.
Héctor Astorga,
Ciudadano de Torreón.