Las ocurrencias de Renata Chapa
Más de cien días han pasado desde el inicio de la administración. Los funcionarios estarán en constante evaluación durante estos períodos y quien no dé buenos resultados se irá, según lo declarado por el alcalde Miguel Riquelme.
Durante este tiempo el trabajo de Renata Chapa al frente del Instituto Municipal de Educación y Cultura se ha caracterizado por la falta de brújula, la nula presentación de un proyecto general, las francas ocurrencias y la incapacidad para siquiera ser accesible a los creadores, a los trabajadores de la cultura o a cualquiera que desee hablar con ella en persona.
Impermeable a la crítica, a la propuesta de proyectos o a la mínima recomendación de quienes conocemos las necesidades de la cultura en Torreón y permanecemos luchando a favor de ella en un trabajo de salmón que sobrepasa cualquier lapso administrativo, el trabajo de Renata Chapa muestra y augura la continuidad de lo que realizó como directora en Gómez Palacio: demagogia, un despilfarro en la nómina -en la que casi la totalidad se fue a pagos y sólo un pequeño porcentaje para las actividades, según documentos obtenidos gracias a Acceso a la Información-, el fomento a expresiones populares que ya en sí mantienen sus dinámicas de creación y consumo permanentes y cuya vertiente mercadológica e ideológica las define.
Estas manifestaciones no representan la posibilidad de una transformación interna, emocional, humanística, empática y profunda de la visión comunitaria y personal en los comarcanos, al contrario de expresiones artísticas y culturales que sí implican el desarrollo de capacidades y de la conciencia crítica.
La ineptitud, ignorancia y carencia de visión de Renata Chapa y su equipo se vuelven a evidenciar como en las ocurrencias recientes: La creación de una escuela de cumbia; la apropiación del Mariachi en un entorno donde esa expresión no es originaria ni tiene arraigo como folclor -además de trasladar a gente de Estados Unidos en lugar de Jalisco para dar cursos de esta música-; el traer a colombianos y gente de otras partes del país, como sucedió al inicio de la administración pasada, para dar pláticas e intentar duplicar proyectos de reconstrucción del tejido social siendo distintas las condiciones específicas; el centrar las actividades sólo en el Paseo Colón, donde se han dado conflictos debido a la expulsión de artistas; la nula inclusión de la comunidad cultural en estos cien días y la constante demagogia; sin olvidar su reciente y fallida promoción de la lectura “predicando a los conversos” e invitando a consumir en una librería donde los precios hacen del libro un artículo de lujo.
Todos estos hechos, cuya continuidad sólo significará un despilfarro de tiempo y recursos humanos y económicos, nos muestran lo imprescindible que se han vuelto la destitución de Renata Chapa, el cuestionamiento al Consejo Ciudadano de Cultura y Educación acerca de su origen y actuación, sin olvidar la necesaria conformación de un plan generado desde la sociedad civil y los trabajadores de la cultura. Existe la oportunidad histórica de impulsar la cultura como mecanismo de transformación y fragua de comunidad para transfigurar poco a poco a la Comarca y sobre todo a sus habitantes.
Con personajes como Renata Chapa al frente de los institutos, recalcamos, dicha oportunidad resultará sólo en simulación y en el desperdicio de tiempo y recursos municipales como se ha hecho en las ya demostradas frivolidades.
Hacen falta personajes con visión a largo plazo al frente del IMCE. No a las ocurrencias, no a Renata ni a su equipo de remuneraciones infladas y pobrísimos, intrascendentes e inútiles resultados. Por el bien de la cultura y del municipio: que se vayan.
Firman:
Alonso Licerio, Miguel Espino, Armando Martínez, Daniel Maldonado, Sinaí Navarro Aguilar, Martha Chávez, Ramón Castro, Gerardo Monroy, Jacobo Tafoya, Adriana Hernández, Enrique González Heredia. Creadores, artistas y trabajadores de la Cultura en Torreón y en la Comarca Lagunera.