Obras sin corazón
Hace unos días acudí con mi hija al casi nuevo parque La Esperanza, de esta ciudad de Gómez Palacio, Durango, y con gran tristeza observé que el parque presenta ya signos de grafiti en bancas, juegos e incluso paredes de las casetas de entrada... en la parte interior, lo único verde que se ve es donde se colocó el pasto sintético pues los pocos jardines lucen secos con plantas y árboles muertos o en proceso de morir.
¿Qué es lo que pasa?, se supone que hay personal del municipio encargado del cuidado del parque, en el que se supone se han invertido decenas o ya más de cien millones de pesos tan sólo en sus primeras etapas, es muy mediático para las autoridades inaugurar obras y posar para la foto que irá en el correspondiente informe municipal o estatal en donde todo luce impecable, todo es bello, moderno, deslumbrante... pero que después luce abandonado, descuidado, destruido.
No niego la parte que nos corresponde como ciudadanos de cuidar los pocos lugares de esparcimiento con que contamos, pero en el caso concreto del Parque La Esperanza, que es un lugar pensado como una área verde y que tiene poco de haber sido abierto a la ciudadanía, el ver los jardines llenos de escombros, tierra seca y árboles recién plantados ya secos por falta de cuidado, da tristeza y coraje; se supone que hay trabajadores a cargo del mantenimiento, sin embargo su mantenimiento no se observa.
Un parque que debería ser un orgullo para la ciudad requiere una atención y mantenimiento permanente al igual que cualquier otra obra que embellezca nuestra tan abandonada ciudad. Seguimos haciendo millonarios a nuestra clase política, pero no hay dinero para cosas que realmente nos dan calidad de vida y nos dan identidad como ciudad. Gómez Palacio no es sólo el bulevar Miguel Alemán.
Gerardo Reyes,
Ciudadano de Gómez Palacio.
A la cárcel por dejar morir cerdos
Un ganadero noruego ha sido sentenciado a un año de cárcel por dejar morir de hambre y sed a sus cerdos. El fiscal pedía 7 años de cárcel, ya que mantenía que el ganadero supo durante todo el tiempo la situación en la que se encontraban sus animales y no hizo nada por impedirlo, lo que resulta inadmisible ante los tribunales noruegos, según ha recogido la televisión pública noruega NRK.
El ganadero, en su defensa, mantuvo que al principio desatendió a sus cerdos debido a la grave enfermedad de un familiar cercano y a sus problemas económicos. Después ya no se atrevió a entrar en la granja, asustado por el panorama que le podía esperar. El ganadero no mató a sus cerdos, sólo los dejó morir.
Esta sentencia se produce en un país que permite se mate a un ser humano indefenso e inocente no deseado. Un país que tiene una ley del aborto parecida a la española. “La terminación del embarazo puede ser solicitada al médico de cabecera y decidida por la mujer cuyo embarazo no haya superado 12 semanas”. “Después de las 12 semanas la mujer realiza la solicitud y la decisión la toma una junta médica”. “El médico de cabecera determina el hospital al que le corresponde llevar a cabo el aborto que resulta sin coste para la mujer”. Desgraciadamente esta parece ser la tendencia en los países que se consideran más avanzados y progresistas.
Pedro Piqueras,
Girona, España.