Desamparo político
A propósito de las próximas elecciones, me he puesto a recapacitar, sobre qué político o partido político merece que le brinde mi voto y para ello he analizado algo de la problemática que padecemos y las acciones que ellos han emprendido para solucionarla.
En los países más desarrollados en democracia los partidos que no se encuentran en el poder o gobernando, son los que primero y junto a las organizaciones civiles se vuelven el contrapeso del gobierno ante las acciones que consideran van en contra de los deseos de la ciudadanía, siendo así como el rumbo de los países se orienta y esa participación de la ciudadanía lleva a lo que se conoce como democracia, independientemente de ejercer individualmente sus derechos y obligaciones de acuerdo a la ley.
Esos partidos políticos a los que también mantenemos económicamente y por cierto, muy bien, tienen, independientemente de su filosofía política, como principal obligación el velar, cuidar, custodiar, etcétera, que los derechos de los ciudadanos no se vean violados, que se aplique la ley en toda la extensión de la palabra, siendo ese el camino que siguen los partidos políticos del primer mundo para ganar adeptos, en una palabra votos, y aquí en México es todo lo contrario, existe el contubernio entre el gobierno y partidos políticos, o hacen todo lo posible para que así lo veamos.
Esas acciones o actos de defensa del ciudadano, no vemos que las realicen, de ahí que durante el vendaval de cambios constitucionales la ciudadanía no hayamos participado con nuestras decisiones, en tan trascendentes eventos, aun cuando desde nuestro nacimiento nos hayan dicho por ejemplo que el petróleo es de los mexicanos. O que la “reforma” educativa no tenga de eso más que el nombre, sin llegar al verdadero fondo de la educación que es la de desarrollar la capacidad de pensar, de analizar, sintetizar para luego accionar, y así autodesarrollarse como ser humano, con lo que alcanzaremos la verdadera libertad.
Si no, analicemos: ¿por qué Corea, estando al mismo nivel en educación que México en los años cincuenta y después de una cruenta guerra civil, nos ha rebasado en la educación y en muchos otros renglones?, pues porque cambiaron el concepto de educación y hoy son más fuertes que nosotros en tecnología con sus celulares que compiten con el mejor norteamericano, sino es que ya lo rebasaron, como también en televisiones, cámaras fotográficas, etcétera. Somos desamparados políticos, porque existe desde el concepto mismo de lo que significa la función pública diferencias, entre los responsables de la administración pública que dicen ser “gobernantes” y la ciudadanía, los que decimos y los vemos como funcionarios públicos.
Necesitamos participar para dejar de serlo y quitándonos el tabú de que “la política es sucia”, la apatía, el desgano y sobre todo la irresponsabilidad de dejar el futuro de nuestros hijos y nietos en manos de unos pocos, que no necesariamente piensan como nosotros y tenemos la prueba a nuestra vista todo el tiempo.
La participación del ciudadano no se debe limitar a comentar los delincuentes como Cuauhtémoc Gutiérrez, o los de Oceanografía, para luego decir que la política es muy sucia y que por ello no se inmiscuyen; no, la política tiene mucha mayor trascendencia, de ahí su importancia fundamental en el desarrollo de los pueblos, imagínense que la política de aplicación de la ley se hubiera llevado como Dios manda y que los gobiernos municipales, estatales y federales hayan frenado el narcotráfico cuando pudieron hacerle frente, cuántas vidas se hubieran salvado. Tenemos que cumplir personalmente con nuestro papel de ciudadano, en defensa propia.
Javier Luna Durán,
Comarca Lagunera.