El término fracking es anglosajón, utilizado para referirse a la técnica de fracturación hidráulica para la extracción de gas no convencional. Consiste en introducir tubos al fondo de la tierra o lo profundo del mar y con una "uña" escarbar hasta llegar entre cinco y siete mil metros de profundidad, donde se encuentran rocas de esquisto.
Al llegar a tales profundidades se vira a direcciones horizontales inyectando agua, arena y químicos a gran presión, fracturando las rocas y liberando el gas shale contenido en piedras de esquisto, pizarra o litita, siendo su extracción hasta un cien por ciento más barata que la técnica actual.
Algunos expertos afirman que se puede perder una parte importante de gas que se transforma en contaminante de tierra, agua y/o atmósfera, dependiendo de la técnica y responsabilidad profesional y el uso adecuado de la tecnología.
De nueva cuenta la naturaleza provee abundantemente a nuestro país, siendo el cuarto con mayores reservas de tal gas, sólo superados por China, Estados Unidos y Argentina.
Las opiniones del mundo profesional son encontradas: en los Estados Unidos de Norteamérica, hay una postura favorecedora, aún estando conscientes de las fallas que se han presentado y los daños ecológicos ocasionados, caso de una pequeña población en Pensilvania, Milanville, donde llegaron a ver encenderse el agua de los grifos, por una filtración de metano.
Miriam Grustein, del Centro de Investigación y Docencia Económica y Ángel de la Vega Navarro, catedrático de la UNAM, advierten del posible daño ambiental que se puede presentar por el abatimiento de mantos acuíferos -se requiere del consumo de enormes cantidades de agua- y el riesgo contaminante de los químicos cuyas fórmulas no son reveladas por las empresas explotadoras del shale. "La combinación de agua y químicos tiene consecuencias" -declara de la Vega- "residuos cuyo manejo no está garantizado, lodos y agua contaminados y el problema para deshacerse de ellos, para reciclarlos o tratarlos y evitar daños al ambiente"; agrega: "hay el riesgo de que la presión sobre las rocas en el proceso de "fracking" pueda provocar que los residuos contaminados de lodos y agua se filtren a los mantos freáticos". Grunstein comenta: "la filtración de metano en mantos acuíferos puede suceder si las empresas no toman las debidas precauciones al construir las paredes de cemento de los pozos".
Ellos se unen a la oposición presentada en algunos países, principalmente europeos, que han formado organizaciones en oposición; el informe emitido en junio de 2011 por la Comisión de Medio Ambiente, Salud Pública y Seguridad Alimentaria del Parlamento Europeo, concluye sobre la fracturación hidráulica que puede producir emisión de contaminantes a la atmósfera, contaminación de las aguas subterráneas debido a caudales de fluidos o gases provocados por escapes o vertidos, fugas de líquidos de fracturación y descargas no controladas de aguas residuales.
Por otra parte, el grupo comarcal de Chunta, de la provincia de Aragón, España, logró el 22 de noviembre de 2012, que el Pleno de las Cortes de Aragón aprobaran por unanimidad un acuerdo que declara: "Las Cortes de Aragón, conscientes de la amenaza para la salud, el clima y el medio ambiente de la fractura hidráulica como método para la extracción de gases no convencionales, instan al Gobierno de Aragón a declarar Aragón territorio libre de fracking".
En 2009, la Asociación Norteamericana de Suministradores de Gas Natural, declaró que no se había confirmado ningún caso de contaminación de acuíferos y un estudio del "Austin's Energy Institute" de la Universidad de Texas, defendió la tesis aunque a finales de 2012.
Al parecer, tomando las medidas de seguridad suficientes, la explotación del gas shale puede ser segura, aunque no queda liberada del peligro de accidentes, que en mucho dependerá de las normas y su cumplimiento que sobre tal explotación dicten las autoridades.
Los recursos que aportaría, producto de la extracción, incluidas las fuentes de empleo generadas y los efectos económicos regionales secundarios que reactivaría la economía de la región, hacen interesante la posibilidad de aprovechar el gas en el norte del Estado de Coahuila. Como dato estadístico interesante, están los doce mil puestos laborales que se han generado en EUA por su aprovechamiento.
Queda por definir la confiabilidad de los procesos de extracción que hagan de tales gases y asegurar la defensa de la ecología regional, la salud de la población y la estrategia del Gobierno Estatal para permitir la explotación con participación privada.
Indudablemente que toda explotación energética incluye peligros potenciales; recuerde los casos de Japón o Rusia y sus accidentes con la producción de energía nuclear; también es verdad que la urgencia de atender la profundización de la pobreza de los mexicanos, incluidos los coahuilenses, requiere de soluciones atrevidas, siempre y cuando se aseguren las garantías necesarias para la protección de todos nosotros. ¿Usted qué opina?
ydarwich@ual.mx