Según Yáñez, Francisco es “profundamente jesuita” y esa característica no lo ha perdido. (ARCHIVO)
Francisco es un “Papa original”, sin el estilo formal de los pontífices reyes del pasado, y ha impuesto su modo personal de conducir a la Iglesia católica, consideró hoy un pupilo y amigo de Jorge Mario Bergoglio.
En entrevista, el jesuita argentino Humberto Miguel Yáñez, profesor de la Universidad Gregoriana de Roma, hizo un balance sobre el impacto del actual pontificado a un año de la elección del primer Papa latinoamericano.
Conoció a Bergoglio hace más de 30 años. El Papa fue su provincial, su formador y su amigo, siempre mantuvo buena relación con Francisco, incluso cuando se distanció de la Compañía de Jesús por sus responsabilidades como obispo.
“Existen muchos aspectos (del papado) que llaman la atención. El primero es su estilo nuevo, es un Papa original. No es el estilo formal de los Papas reyes. Bergoglio no tiene nada de rey. En ese sentido es un cambio grande, por el cual muchos todavía están impactados y les cuesta aceptar”, señaló.
“Por eso no ocupa los aposentos pontificios, vive en la Casa de Santa Marta para tener contacto con la gente. Un estilo de vida más de los religiosos. Esa es otra de sus característica, es un Papa religioso después de muchos siglos y el primer jesuita”, agregó.
Estableció que estas características se perciben en su modo de conducirse, de ser y de tratar a las personas; no ama el protocolo, tiene un estilo llano, sencillo, espontáneo, natural y eso llama la atención, que sea tan normal.
Reveló que en los ambientes católicos romanos se cuenta un chiste: “Tiene nombre franciscano, se viste como dominicano, pero en el fondo es jesuita”.
Según Yáñez, Francisco es “profundamente jesuita” y esa característica no lo ha perdido. Aclaró que la Compañía de Jesús tiene un carisma eclesial, de apertura y diálogo con todos y eso él lo ha puesto en práctica desde que era obispo en Argentina.
“Ha tenido una evolución y eso lo ha preparado para el puesto que tiene ahora. Al mismo tiempo, no obstante su gran apertura, no pierde la capacidad de conducción. En definitiva es él quien decide, lo cual es muy bueno. Es una persona que jamás se ha dejado presionar por nadie, es muy libre y se le nota”, afirmó.
“No es que finge escuchar y ya tiene pensado cómo actuar. Al proceso de diálogo, va sumando un discernimiento espiritual. Eso le da una perspectiva no ideológica y una gran imprevisibilidad”, apuntó.
