Mercado. La industria de autopartes atiende el mercado de repuestos como lo son bandas, tapas de motor y bombas de agua.
Los empresarios de la industria de autopartes y la Secretaría de Economía trabajan en la elaboración de 15 normas de calidad para igual número de autopartes, con el propósito de combatir la piratería en el sector, que crece a un ritmo de 5% anual, de acuerdo con cifras de la Industria Nacional de Autopartes.
Industriales del ramo han denunciado públicamente los efectos de la piratería en su sector, aunque en el cálculo de los daños económicos sus cifras son inciertas.
La Industria Nacional de Autopartes calcula que el perjuicio de la piratería podría sumar 500 millones de dólares y la Asociación Nacional de Representantes, Importadores y Distribuidores de Refacciones y Accesorios para Automóviles (Aridra), en un reciente estudio, aseguró que la cifra llega a 18, 750 millones de pesos.
No obstante, estos dos organismos coinciden con la Cámara Nacional de la Industria de la Transformación (Canacintra) en un dato: 15% del mercado de autopartes en México es pirata. Sin embargo, hay divergencias en la apreciación del problema. AgustínVelázquez, presidente de la Comisión de Propiedad Intelectual de la International Chamber of Commerce (ICC) explica: “La piratería es la reproducción de una marca, y no sólo la elaboración o la importación de piezas que no tienen marca.
La propiedad intelectual protege la marca, la patente, el derecho de autor”.
En ese sentido, dice, “tendríamos que hablar de alguien que fabrica bujías Champion, y eso no existe. No sabemos de nadie que copie, por ejemplo, volantes o llantas de Volkswagen”.
Por eso afirma que en México, “no hay piratería”. Al menos no en la industria de autopartes que provee a las armadoras o el mercado de exportación. Tal vez en el nivel de la elaboración de baleros o tapones, dice. “Pero hasta ahora no tenemos datos para sostener que impacta en la cadena de valor de este sector”.
REPUESTOS, EL ESLABÓN MÁS DÉBIL
Apesar de la piratería, los números del sector de autopartes revelan su buena salud. El año pasado brincó del sexto al quinto lugar, al dejar atrás a Corea del Sur y colocarse sólo por debajo de China, Japón, Estados Unidos y Alemania, diceÓscar Albín, presidente de la Industria Nacional deAutopartes (INA).
El avance se debe al incremento en la producción, que en 2011 sumó 66 mil millones de dólares y para el año siguiente alcanzó 75 mil millones, lo que significó un crecimiento de 13%. Las cifras oficiales de 2013 todavía no se conocen, pero se calcula que el sector creció en poco más de 10 mil millones.
La expectativa, dice Albin, escala a 90 mil millones de dólares para 2017, alentada por la expansión y consolidación de las principales armadoras de automóviles en México. El sector nacional de autopartes, que concentra 580 mil empleos, surte tres mercados: El de las empresas ensambladoras o terminal, el de exportación, y el de repuesto, detallan las investigadoras de la UNAM, Lourdes Álvarez y Liliana Cuadros, autoras del estudio “Las importaciones chinas y su impacto en el mercado de autopartes de repuesto”.
En el primer y segundo nivel hay 618 empresas proveedoras registradas por la Secretaría de Economía. En este segmento, la piratería es prácticamente imposible por los controles de calidad de las empresas armadoras a las que surten y el control en los canales de comercialización de sus autopartes, afirma el investigador Armando Bravo Ortega, director del Centro de Desarrollo de la Industria Automotriz en México, del Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM).
“Además, el comprador de un auto nuevo difícilmente se arriesga con piezas de dudosa calidad y si hay alguna falla casi siempre recurre a agencias autorizadas para su reposición”, explica.
El lado vulnerable de la industria, agrega, es el subsector de autopartes de repuesto, en el que no hay controles de calidad y ni vigilancia en su comercialización. Así sucede porque “la gran industria automotriz no lo mira como parte del sector”, dice Rudi Esquivel, presidente de la Confederación Nacional de Talleres de Servicio Automotriz y Similares (CNT), “Es el último eslabón de la cadena y poco se han procupado por protegerlo”, dice.
Este segmento de la industria, sin embargo, está constituido por 1, 236 fabricantes –incluidas empresas multinacionales como Bosch, Delphi, Hella y Gates de México, entre otros--, 994 distribuidores mayoristas, 29, 000 refaccionarias que venden autopartes nuevas, 4, 685 que las ofrecen usadas y 322, 784 talleres automotrices, de acuerdo con las investigadoras Álvarez y Cuadros.
Este segmento, que fabrica baleros o tapones, es el blanco de la piratería, dice Agustín Velázquez, de ICC.
“Pero no el mercado de alta tecnología que produce, por ejemplo, las bolsas de aire”. Las autopartes, agrega, no pueden compararse con la industria de discos compactos, ropa o programas para computadoras, porque su elaboración, transporte y distribución son más complejos.
“No dudo que 15% de los baleros en el mercado sean piratas, pero lo dudo para el caso de los rines o los volantes”.
Arturo Rangel, presidente del Comité de Comercio Exterior de la Industria Nacional de Autopartes en Canacintra, admite la dificultad de copiar piezas automotrices de alta industria, pero advierte que han identificado “procesos de ingeniería inversa” para fabricar productos que por lo menos parecen iguales a los originales. Pero eso no es piratería, aclara Velázquez. “Las piezas robadas o rescatadas de deshuesaderos son, a final de cuentas, originales”, dice. Un ejemplo son las bujías que tiramos a la basura. “Hay empresas que las recuperan, las ponen a funcionar y las venden, pero eso es reacondicionamiento”.
Incluso las autopartes importadas de mala calidad, si no tienen marca, no son piratas.
“El delito –explica-- es la reproducción de la marca que las leyes protegen, así como el derecho de autor y las patentes”.
GENÉRICOS, AL ALZA
--¿Buscas piezas para tu carro? ¿Qué marca? Yo te las consigo... Habla El Lápiz, un vendedor de autopartes que acepta conversar si su identidad se reserva. A partir de su conocimiento del mercado aclara que la gente suele llamar pirata a piezas que en realidad son genéricas o robadas.
Es difícil que alguien compre piezas pirata, dice. “No es tan fácil vender pirata porque la gente no se va con la finta. Luego luego sospechan por el precio, y se preguntan cómo una pieza de marca reconocida puede ser tan barata”.
Por eso él en su negocio decidió no arriesgar con productos pirata. “Nada más pierdes el tiempo.Mejor vendo genéricos y usados”.
Los genéricos, explica, pueden conseguirse en distintas distribuidoras del país, que a su vez los importan de Taiwán. “A la que se los compro dice que sí paga impuestos y todo”. Él lo cree porque las piezas llevan el sello de la aduana de Manzanillo.
Ahora además internet se ha convertido en una opción para los comercializadores. “Encuentras de todo, y quizá ellos sí ofrecen pirata”, dice El Lápiz.
El encargado de otra refaccionaria (es Autopartes Colisión, pero pide no mencionar el negocio), que pide guardar su identidad, explica que los pequeños comercios han recurrido a las piezas fabricadas en Taiwán porque son baratas y legales. “Yo no compro originales porque me eleva mucho los costos, por eso vendo taiwanés”.
Él asegura que nunca ha caído en sus manos una pieza pirata. “Es más, ni siquiera las he visto en el segmento automotriz.
Sin embargo, en la colonia Legaria de la Ciudad de México sí fue posible hallar piezas pirata. El espejo orignal para un Ford K modelo 2004 tenía un costo de 600 pesos, el genérico rondaba los 350 y el pirata se vendía por 150 pesos, con defectos de fabricación evidentes, pero en un empaque original.
El comerciante advierte que las autopartes pirata son la excepción y no la regla. “La gente prefiere los genéricos, chinos o taiwaneses. Sabe que no son originales, pero tampoco piratas y paga por ellos mucho menos que por el original”.
El problema, dice Albín, es que estos productos duran mucho menos y ponen en riego la seguridad de los propios conductores”.
Por eso el consumidor es uno de los principales involucrados y responsable también en el combate a la piratería, dice Rangel. “A él le toca hacer sus compras a través de canales legales y evitar el comercio ilegal, la adquisición de piezas en las calles o por internet”. Dificil. Según la American Chamber, 9 de cada 10 mexicanos consume productos pirata.
Radiografía del sector
Busca autoridad combatir el piratería en México:
La SE trabaja en la elaboración de 15 normas de calidad para igual número de autopartes.
La piratería en el sector crece en 5% anual.
La Industria Nacional de Autopartes calcula que el perjuicio de la piratería podría sumar 500 millones de dólares.
La Asociación Nacional de Representantes, Importadores y Distribuidores de Refacciones y Accesorios para Automóviles (Aridra) estima que la cifra llega a 18, 750 millones de pesos.