Colocada la fortuna del empresario de origen estadounidense William Oscar Jenkins en un fondo para fines altruistas, uno de los descendientes de éste acusa a los integrantes del patronato que lo administra de destinar los recursos para fines ajenos, tras apoderarse de éste
La sospecha apunta al financiamiento del edificio en construcción en la esquina de Paseo de la Reforma e Insurgentes, uno de los predios de más alta cotización en el país. La obra se activó tras varios años de parálisis.
Orientada la mayoría del dinero legado a Puebla por el que fuera dueño de la Compañía Operadora de Teatros y alguna vez cónsul honorario de Estados Unidos en la capital de la entidad federativa, al sostenimiento de la Universidad de las Américas, el destino de éste se mantiene en la opacidad.
La paradoja del caso es que las denuncias se han estrellado ante las indiferencias de la Junta de Asistencia Privada de Puebla y el propio gobierno local y estatal.
Los integrantes del patronato pasaron por alto la voluntad del empresario ligado al que fuera presidente de Bancomer, Manuel Espinosa Yglesias, y Gabriel Alarcón Chargoy, dueño en su momento del diario El Heraldo de México, al modificar unilateralmente los estatutos de éste.
A contrapelo de la decisión de Jenkins de sólo cinco patronos, se amplió a siete su número, en una asamblea realizada el 26 de mayo del año pasado.
La razón era dejar en una sola familia el control total de los recursos. El patronato lo preside Guillermo Jenkins Anstead, integrándose a él su esposa Sofía de Landa y sus hijos Roberto, María Elodia, Margarita y Juan Carlos.
En el movimiento se "desheredó" al primogénito de la familia, Guillermo Jenkins De Landa, quien se había opuesto al uso patrimonialista de los recursos.
Éste fue excluido del patronato al modificarse el artículo noveno de los estatutos.
A quién le importa que los integrantes no tengan profesión alguna, o que dos de ellos ya hayan cumplido 80 años, lo que les obligaría al retiro.
A quién le importa si el patronato nombró como director de Sistemas de la Universidad de las Américas a un hijo de Roberto Jenkins, sin tener los estudios requeridos.
A quién le importa si éste debió dejar el cargo en medio de acusaciones de presentar facturas falsas.
La modificación de los estatutos del patronato de la fundación en memoria de la esposa de Jenkins, Mary Street Jenkins, no ha sido comunicada a la comunidad universitaria, por más que han pasado dos años.
Fue en 1954 cuando el empresario estadounidense, entonces de 76 años, se presentó ante los titulares de las notarías 13 y 27 de Puebla, para protocolizar su deseo de crear la Fundación Mary Street Jenkins, cuyo objeto sería promover el mejoramiento del nivel de vida, tanto moral como material de los poblanos.
La semilla del fondo para establecer y sostener instituciones de caridad o beneficencia de todas clases, construir escuelas y hospitales y ayudar a su sostenimiento, o construir colegios públicos y dotarlos con equipos, fueron 90 millones de pesos invertidos en la Compañía Constructora y Operadora de Inmuebles.
Además, se entregaron un número importante de terrenos, edificios y contratos de arrendamiento para cines integrantes de la Compañía Operadora de Teatros.
En el acta se asentó letra por letra que la representación jurídica de la fundación quedaría en manos de un patronato compuesto por cinco personas, "al que le corresponderá la administración de todos los negocios, y la distribución de los fondos en obras de beneficencia".
En el patronato original, presidido por el propio Jenkins, estaban Manuel Cabañas Paria, Manuel Espinosa Yglesias y Felipe García Equeño, además de un miembro de la familia, Williams Anstead Jenkins, quien por estar ausente del país lo sustituiría provisionalmente Luis Artasánchez Romero.
El escenario, pues cambió radicalmente al paso de los años, por más que en el camino se fundó la Universidad de las Américas.
Escándalo de familia.
BALANCE GENERAL
Las señales indican que finalmente Oceanografía entrará a concurso mercantil o procedimiento de quiebra ordenada, en afán de evaluar el monto de sus activos y ubicar hasta dónde alcanza para cubrir sus deudas con bancos, proveedores y, naturalmente, la liquidación del personal, cuya nómina alcanza 11 mil plazas.
Lo extraño del asunto es que hasta hoy no se ha inventariado la totalidad de los activos, incluidas las residencias en Estados Unidos del director general de la firma, Amado Yáñez Osuna, los aviones, las inversiones en actividades ajenas.
El gran misterio es qué fue de los 46 mil millones de pesos que recibió la empresa por parte de Petróleos Mexicanos en 13 años de ser la favorita del rey, cuando la mayoría de los barcos son rentados; no se había cubierto la nómina desde noviembre; se defraudó al Seguro Social y al Infonavit al cubrirse cuotas patronales inferiores a las reales; se arrastra una colosal deuda con el fisco, y no hay un centavo en la caja.
Por lo pronto, la única acción legal en torno al caso se planteó contra el exdirector de Mantenimiento y Logística en Servicios Marinos de Pemex, Mario Alonso Ávila Lizárraga, por haber modificado un contrato a favor de la firma, sin tener facultades para ello.
Sin embargo, la querella se planteó antes del estallido del escándalo.
SÍ O NO
El próximo 14 de abril a las 10 de la mañana se realizará la audiencia constitucional programada por la juez Séptimo de Amparo Penal, Martha Gabriela Sánchez Alonso, de cara a la solicitud de protección de la ley presentada por el expresidente de Mexicana de Aviación, Gastón Azcárraga Andrade, contra la orden de aprehensión que pesa en su contra.
El empresario, ex presidente también del grupo hotelero Posadas, está acusado de lavado de dinero por un monto de 198 millones de pesos.
De acuerdo al expediente habría extraído dinero de la caja de la línea aérea para adquirir acciones de la propia empresa para repartírselas a los principales ejecutivos, además de utilizar recursos del fideicomiso FI589, ubicado en Ixe Banco, para adquirir acciones de la Administradora Profesional de Hoteles, con la novedad de que 160 millones ingresaron a la caja de Posadas.
Dada la condición de delito grave, Azcárraga Andrade no solicitó la suspensión del acto reclamado.
El hombre que vendió la línea aérea en mil pesos fue presidente del Consejo Mexicano de Hombres de Negocios, al que concurre la élite de la conducción de empresas gigantes.
ORO NEGRO
Quien se perfila para ocupar el lugar de Oceanografía como el contratista estrella de Petróleos Mexicanos es la empresa Oro Negro, detrás de la cual están el exdirector general de la paraestatal, Juan José Suárez Coppel; Francisco Gil White, hijo del exsecretario de Hacienda, Francisco Gil Díaz, y José Antonio Cañedo White, sobrino de éste.
En el escenario aparece otro exdirector general de la paraestatal, Luis Ramírez Corzo.
La empresa está financiada por Axia Capital.
SE AMPARAN FRANQUICIAS
Bajo el criterio de que el 40% de sus asociados resulta damnificado por la reforma fiscal, la Asociación Mexicana de Franquicias prepara un amparo. La inconformidad surgió al no incorporar la Secretaría de Hacienda a la totalidad de los negocios del ramo al régimen general, lo que deja en la indefensión a 12 mil de éstos. Aunque algunos facturan más de dos millones de pesos al año, la mayoría de las franquicias estaba integrada al Régimen de Pequeños Contribuyentes.
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