La 'albiceleste' parte como absoluta favorita en una serie que no debería proporcionar excesivos problemas para que el conjunto de Alejandro Sabella alcance los octavos de final. (ARCHIVO)
Argentina encara Brasil 2014 con el justificado objetivo de lograr su tercer título mundial, con la condición de estar en la terna de grandes favoritos, aunque para ello tendrá que superar la fase inicial en el grupo F, en el que deberá resistir las acometidas de 'Dragones', 'Águilas Verdes' y 'Leones'.
Bosnia-Herzegovina, que disputará su primera fase final, es conocida como los 'Dragones'; Nigeria, ya una clásica de estas citas, como las 'Águilas Verdes'; e Irán como los 'Leones de Persia'.
Tres rivales sobre el papel bastante inferiores cuyas pretensiones no deben de pasar de luchar por la segunda plaza y tratar de plantear batalla a Leo Messi y compañía.
La 'albiceleste' parte como absoluta favorita en una serie que no debería proporcionar excesivos problemas para que el conjunto de Alejandro Sabella alcance los octavos de final.
El sorteo fue más que benévolo para Argentina, que, además, tiene un primer cruce también asequible en el caso de que se cumpla la lógica, ya que se enfrentará a uno de los dos primeros del E, que integran Suiza, Ecuador, Francia y Honduras.
La 'albiceleste' tiene un inicio de camino propicio en la búsqueda de su tercer título mundial tras los conseguidos como local en 1978 y en México en 1986. En la vuelta del torneo a América, su escenario favorito, lo tiene todo a favor.
El equipo de Sabella comenzará su andadura en el estadio Maracaná de Río de Janeiro ante Bosnia, el 15 de junio, posteriormente se enfrentará a Irán en Belo Horizonte el 21 y cerrará la fase en Porto Alegre contra Nigeria el 25.
DRAGONES, ÁGUILAS Y LEONES
Nigeria acude a Brasil renacida después de que, tras 19 años de sequía, lograse el pasado año en Johannesburgo su tercera Copa de África y puede haber aprendido la lección en la última Copa de las Confederaciones, donde simplemente deambuló.
Los nigerianos lograrón el título africano con solvencia. Exprimió la calidad y experiencia de sus jugadores, las mismas armas que le sirvieron en noviembre para eliminar en la última ronda a Etiopía y acceder al Mundial.
Dirigido por el que fuera defensa del Anderlecht y capitán de la selección en la primera cita mundialista de Nigeria, en 1994, Stephen Keshi, el campeón africano empieza a construirse por atrás. Sólo recibió cuatro goles en los ocho partidos de la fase de clasificación.
En las labores de orden y contención destaca el jugador del Chelsea londinense John Obi Mikel, para muchos el líder de esta selección nigeriana.
Es un equipo menos espectacular que dirigió el mismo Keshi desde dentro del campo en Estados Unidos, que con atacantes como Victor Ikpeba, Jay Jay Okocha o Daniel Amokachi superó, en el debut mundialista, la fase de grupos y ganó dos años después en los Juegos de Atlanta el oro olímpico.
Irán disputará por cuarta vez un Mundial, al que vuelve tras ocho años, esta vez con un bloque de jugadores que principalmente militan en equipos del país y que lidera el entrenador portugués Carlos Queiroz.
La gran esperanza es Reza Guchaneyad, delantero centro que con ocho goles en su haber fue nominado a mejor jugador de Asia 2013, título que perdió ante el centrocampista chino Zheng Zhi. Otras estrellas son Andranik Teymourian y Ashkan Dejagah.
En la medular, el Melli (equipo nacional) cuenta también con Yavad Nekouman, del Esteghlal y que jugó antes en el Osasuna español. A sus 33 años es el capitán y una pieza clave.
En los tres mundiales en que ha participado, el historial de los 'Leones de Persia' no es relevante. Lo más recordado fue su triunfo por 2-1 frente a su gran rival político, Estados Unidos, al que echaron del torneo en Francia 1998.
Bosnia es la única debutante. Es un conjunto joven y con talento, con el delantero Edin Dzeko, del Manchester City, y el centrocampista Miralem Pjanic, del Roma, como principales figuras.
El éxito de su clasificación desbordó lo puramente deportivo en un país dividido por diferencias étnicas y azotado por una dura crisis económica, que ha visto cómo la gloria llegó con un equipo en el que jugadores musulmanes, serbios y croatas actuaron juntos.
Su seleccionador es el talentoso excentrocampista Safet Susic, el único integrante del equipo bosnio que tiene experiencia mundialista, ya que disputó con Yugoslavia los Mundiales de España 1982 e Italia 1990.
