La selección belga, a la que muchos señalan como la posible revelación del torneo, deben luchar por el primer puesto del Grupo H con la selección rusa, que tiene en el banquillo su mejor aval; el viejo zorro Fabio Capello. (ARCHIVO)
La selección belga, a la que muchos señalan como la posible revelación del torneo, deben luchar por el primer puesto del Grupo H con la selección rusa, que tiene en el banquillo su mejor aval; el viejo zorro Fabio Capello.
Bélgica es el "tapado" del Mundial. No figura en las quinielas al título, pero lo tiene todo para triunfar. Después de una insulsa travesía del desierto, desde que alcanzase las semifinales en México'86, tras eliminar a España en la tanda de penaltis, se encuentra ante la oportunidad de volver a ser importante.
Los nuevos "diablos rojos" tienen a más de la mitad de su selección en la Premier, con un protagonismo indudable (Hazard, Kompany, Vertonghen, Fellaini, Lukaku...) y a ello le unen el portero Thibaut Courtois (Atlético de Madrid).
En el banquillo, Marc Wilmots, que jugador participó en cuatro fases finales mundialistas, condujo a la selección belga a una cómoda fase de clasificación en un grupo que no era sencillo (Croacia, Serbia, Escocia, Gales, Macedonia) y que lideró invicta, con nueve puntos de ventaja sobre los croatas.
Su principal escollo en el grupo H será la selección rusa, un conjunto que no acaba de explotar pero que siempre es peligroso, sobre todo tras la llegada al banquillo de Fabio Capello.
Capello es un especialista en obtener resultados y, de momento, ya ha cumplido con la primera parte de su cometido; devolver a la selección rusa a la primera escena mundial, pese a que en su grupo de clasificación estaba la selección portuguesa de Cristiano Ronaldo, a la que envió a la repesca.
LOS RUSOS, UN BUEN ENSAYO PARA EL MUNDIAL 2018
El compromiso para el técnico italiano es doble, ya que no sólo tiene la responsabilidad de hacer un buen papel en Brasil 2014, sino que debe preparar al equipo y al país para su mayor reto en 2018, cuando Rusia será el anfitrión de la Copa del Mundo.
El estandarte de esta remozada Rusia es Alexandr Kokorin (Dinamo), de 22 años y bien arropado por otras estrellas como Glushakov (Spartak), Fayzulin (Zenit) o Samédov (Lokomotiv), sin olvidar a ilustres veteranos como Kerzhakov y Shirókov o el portero Akinféev.
El cuarto puesto en el Mundial de Inglaterra'66, entonces como Unión Soviética, es el tope que tratarán de superar. Rusos y belgas se medirán en el gran choque de este grupo el 22 de junio, nada menos que en Maracaná, y de ahí debería salir el primer clasificado, aunque Wilmots no opine lo mismo. "Algunos dirán que Bélgica y Rusia son las favoritas. Pero yo considero que no hay favoritos; soy muy prudente", dijo tras el sorteo.
Y es que Wilmots no se fía ni de Argelia ni de Corea del Sur, los otros dos componentes del grupo.
Argelia es la única selección magrebí presente en Brasil 2014 y aspira a superar la primera fase, algo que no logró en sus tres comparecencias anteriores (España'82, México'86 y Sudáfrica 2010).
"No iremos a hacer turismo, pero será muy complicado", ha avisado el bosnio Vahid Halilhodzic, Caballero de la Legión de Honor francesa, exjugador del Nantes y del PSG, al que también dirigió, y ahora seleccionador de Argelia. Su estrella es el valencianista Sophiane Feighouli.
Corea del Sur, por último, mantiene las constantes que le han permitido no faltar a una fase final desde hace 28 años.
La principal virtud del equipo que dirige Hong Myung-bo, uno de los "héroes" en 2002, es su orden defensivo en contraste con las dificultades para encontrar el gol, pero es un equipo capaz de dar la sorpresa ante algún grande.