Resultados. Para Benjamín Netanyahu, primer mistro israelí, la tercera guerra contra Gaza fue todo un éxtio. (EFE)
El primer ministro Benjamin Netanyahu declaró la victoria ayer miércoles sobre Hamas en la reciente guerra en la Franja de Gaza, afirmando que no se hizo ninguna concesión al grupo islamista a cambio de la tregua.
En una conferencia de prensa transmitida por la televisión nacional, Netanyahu declaró que "Hamas fue duramente golpeada" en las siete semanas de conflicto.
Aseveró que el cese al fuego, que entró en vigencia el martes, no contempla ninguna de las demandas formuladas por el grupo islamista.
Las palabras de Netanyahu parecieron dirigidas a quienes denuncian que la guerra no logró el objetivo de derrocar a Hamas o de poner fin a los ataques con cohetes contra Israel.
Hamas también se ha declarado triunfante en el conflicto.
DAN EMPATE
La tercera guerra de Gaza en seis años parece haber finalizado con un nuevo empate, y tanto Israel como Hamas reclaman la victoria. Sus cuestionables logros tuvieron un gran costo, sobre todo para los sufridos palestinos gazatíes.
En un sentido, Israel consiguió lo que quería: Hamas dejó de lanzarle cohetes a cambio de promesas más bien vagas y futuras conversaciones.
Pero el costo fue enorme: aparte de los 70 muertos -todos menos seis de los cuales eran soldados_, la economía sufrió un revés, la temporada de turismo fracasó, la gente sufrió 50 días de tensión y su imagen internacional quedó golpeada por las imágenes de la devastación en Gaza.
El primer ministro Benjamin Netanyahu enfrenta críticas de la gente que intuye que Hamas controló los sucesos y mantiene su dominación en Gaza, que arrebató por la fuerza a la Autoridad Palestina en 2007. Y le aguardan investigaciones internacionales por denuncias de crímenes de guerra.
Hamas festeja el éxito de haber sobrevivido al poder de fuego israelí. Sus cohetes provocaron el abandono de una serie de poblaciones fronterizas israelíes y trastornaron el aeropuerto internacional de Tel Aviv. Débil hace unos meses, podría surgir fortalecido en la política palestina, y la suerte de los gazatíes volvió al primer plano de las inquietudes del mundo.
El costo también fue elevado: 2,143 palestinos muertos, entre ellos casi 500 niños y centenares de milicianos, según cifras palestinas y de la ONU.
Además, 17,200 viviendas fueron destruidas y 100,000 personas quedaron sin techo, con sectores importantes de la franja reducidos a escombros.