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Guerrero: responsabilidad política

JOSÉ ANTONIO CRESPO
En México estamos rezagados en la capacidad de llamar a cuentas a nuestros gobernantes

— José Antonio Crespo

Una democracia se distingue de los regímenes autocráticos en que cuenta con las instituciones adecuadas para llamar a cuentas a cualquier gobernante, incluido desde luego el jefe de gobierno en turno (pues quien más poder detenta, más capacidad de abusar de él tiene). En México no terminamos por construir una democracia cabal pues estamos sumamente rezagados en este aspecto definitorio, que es la capacidad de llamar a cuentas a nuestros gobernantes de manera pacífica, legal, civilizada, institucional. Y la rendición de cuentas no consiste en la presentación de informes o mensajes periódicos sobre lo que se hizo o dejó de hacer, ni siquiera en la transparencia del desempeño público, como muchos creen, sino en la capacidad institucional para remover a un gobernante pacíficamente, incluso si está en funciones.

Pero dentro de las democracias hay también variantes; en un presidencialismo clásico a los gobernantes se les puede remover sólo por haber infringido la ley con cierto grado de gravedad; se trata de una responsabilidad de tipo legal. Pero en principio no puede removérseles por un desempeño claramente inadecuado, ineficaz, o negligente; es lo que en estricto sentido se llama responsabilidad política. Eso, aunado a los mandatos fijos que prevalecen en el presidencialismo, dificulta el cambio de gobierno por razones de incompetencia en tanto perdure su mandato. En los sistemas parlamentarios, en cambio, existen mecanismos que sí permiten la remoción del gobernante por razones estrictamente de orden político; es la moción de advertencia o de censura. De modo que no es estrictamente necesario soportar a un mal gobernante (en el sentido de ineptitud, más que de transgresión legal o abuso abierto) durante un mandato fijo, sino que es posible removerlo cuando haya alcanzado su límite de incompetencia, o haya cruzado el umbral de tolerancia de los ciudadanos. Ante esa evidente deficiencia de los regímenes presidencialistas, algunos de ellos han adoptado una figura de responsabilidad política -la revocación de mandato-, que sin embargo es más rígida y complicada de aplicar que la moción de censura. De ahí que dicho mecanismo es difícil de celebrar, o serlo oportunamente.

En el caso de Guerrero muchas voces dentro y fuera de esa entidad reclaman la renuncia del gobernador Ángel Aguirre, no porque se le vincule con el crimen organizado (no hasta ahora) pero sí por actos de negligencia y omisión que han permitido la pérdida de control de las instituciones estatales a su cargo. El marco legal de la entidad contempla la figura de revocación de mandato, y el gobernador ha dicho que podría someterse a ella, y en su caso, renunciar. Pero ese mecanismo no está reglamentado, por lo que difícilmente podría aplicarse en lo que resta del mandato de Aguirre. El INE ha dicho además que no podría organizar ese evento por lo pronto. Lo que procedería es una renuncia voluntaria como reconocimiento de que las cosas se salieron de control. Pero eso puede ocurrir en otros países; difícilmente aquí.

Queda entonces la desaparición de poderes desde el Senado, para lo cual no habría necesidad de preguntar a los guerrerenses si quieren que proceda o no, ante la evidencia de la grave negligencia e ineptitud que ha mostrado el gobernador. Es el mecanismo de que disponemos para, en ciertas condiciones -como las que imperan en Guerrero, y otros estados- responsabilizar políticamente a un gobernador ineficaz, sin que deba esperarse al cambio de mandato. El PRD, por su parte, también es corresponsable por omisión de los hechos de Iguala, prefiere respaldar a su gobernador seguramente bajo el cálculo de que su caída le haría perder esa plaza en 2015. Pero puede salirle el tiro por la culata; si la población percibe un interés electoral por encima del clamor popular de la renuncia del gobernador, podría de manera más enfática estar cavando su propia fosa política en ese estado (con costos también en otras partes de la República, indignadas con el desempeño de ese partido en Guerrero).

Correo: cres5501@hotmail.com

Profesor del CIDE

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