Hace felices a los laguneros
En la vida real es feliz sin pareja, en la ficción... todo lo contrario.
La actriz Sylvia Pasquel tuvo una cita ayer con cientos de laguneros. Les presentó con éxito la puesta en escena producida por Rubén Lara, No seré feliz, pero tengo marido, en el Teatro Nazas.
Una vez más, Pasquel demostró su capacidad histriónica con dicho monólogo -El primero que realiza en 46 años de carrera-, mismo que no "atacó" a los caballeros, como otros trabajos unipersonales llevados a cabo por mujeres.
A lo largo de 90 minutos, la integrante de la dinastía Pinal conmovió y divirtió al respetable con la historia de "Vivi", una dama que contó las experiencias que ha vivido en 25 años de matrimonio.
La también defensora de los animales irrumpió en el escenario del Nazas a las 19:20 horas. Fue recibida con aplausos y la expectativa de la gente de saber por qué su personaje no disfrutaba del día a día.
"Qué gusto estar en Torreón", dijo Silvia y enseguida se volvió "Vivi", quien contó lo ocurrido desde el primer día de su enlace nupcial con "Jorgito" hasta sus "bodas de plata".
El "susodicho" lo representó un maniquí, que reafirmó la habilidad ventrílocua de la actriz de telenovelas como Qué pobres tan ricos.
La historia de "Vivi", quien procreó dos hijos con "Jorgito", fue creciendo poco a poco. Con el objetivo de trasladar a los asistentes a momentos del pasado, la artista se apoyó de varios atuendos como un vestido de novia, una bata de dormir o un saco.
Envuelta en su caracterización; Pasquel recorrió, sin dejar de parlar, una habitación tapizada con papel floreado. Ahí la acompañaron ciertos muebles entre ellos un sillón, una lámpara y tres sillas, que ella misma movió según lo iban requiriendo sus diálogos.
Los laguneros se dieron cuenta de que "Vivi" rió con su esposo algunas veces, en tanto que otras él la hizo llorar; en una ocasión le descubrió un romance con una jovencita.
Pasquel, quien interactuó con los espectadores de las primeras filas del área de orquesta, compartió la manera en que 'Vivi' se reencontró consigo misma luego convertirse en una esposa de casa; dejando a un lado sus anhelos, entre ellos, ser escritora.
Cabe destacar que el personaje señaló los errores de su esposo, pero también los de ella.
A detalle
Más sobre la puesta en escena:
-Lo bueno: El trabajo histriónico de Sylvia convenció a los laguneros.
-Lo malo: Una falla en el sistema de venta de boletos por la red ocasionó que la primera función se demorara debido a que varias personas se esperaron hasta el último momento para comprar sus accesos.
-El dato: El monólogo ya lo había hecho Laura Zapata.
-Para recordar: Sylvia recibió una ovación de pie tras finalizar la primera función.
