PorwerPoint ha sido de gran utilidad a lo largo de más de tres décadas. (ESPECIAL)
Durante 1980 el gigante de la tecnología, Microsoft, adquirió un software con el que cambiaría la vida de millones de personas, entre estudiantes y trabajadores: PowerPoint.
Para tener una idea del impacto que tiene PowerPoint en el mundo cotidiano basta decir que al día se crean cerca de 30 millones de trabajos a través de este programa.
Desde hace más de 30 años el presentador de diapositivas le ha salvado la vida a más de uno por su sencillez para mostrar información pero tras tanto tiempo de ver el mismo diseño, el mismo formato y la misma manera de hacer presentaciones ha comenzado a cansar a muchos.
Hay inclusive algunos profesores que ya piden a sus alumnos otras formas de mostrar sus trabajos, orillando a los chicos a que tengan que romperse la cabeza pensando en algún método creativo para hacerlo.
Existe varias soluciones para dejar el PowerPoint y lo mejor es que varias de ellas son completamente gratis. A continuación se listarán tres posibles opciones de presentadores digitales que darán un toque creativo e innovador a las exposiciones informativas.
Una de estas herramientas es Prezi que es una plataforma que permite al usuario mostrar información con un sistema de acercamientos. Prezi le muestra al usuario un enorme espacio donde puede colocar infinidad de información por bloques y en lugar de pasar de una diapositiva a otra, éste le permite trasladarse mediante 'zooms'.
Slidshare es un servicio de presentaciones proporcionado por la red social Linked In y que es muy similar a PowerPoint pero en una versión menos formal y más amigable para el usuario.
Otra alternativa es Google Presentations que se basa en un funcionamiento parecido al programa de Microsoft, pero dentro de sus bondades se encuentra en que se puede trabajar en línea y alojar archivos como videos o audios en Google Drive para su posterior reproducción en la presentación.
Todas ellas en sí son similares, pero lo interesante es romper el esquema de PowerPoint que tiene ya acostumbrados a millones, por lo que llegar a un salón de clases o a la oficina con un programa diferente puede permitir un mejor enganche con el público observador.
