Riesgos. Protección Civil tiene identificadas las áreas más vulnerables a las lluvias.
Treinta y tres colonias y 31 comunidades rurales están consideradas como las más vulnerables a inundarse y sus habitantes a sufrir estragos por las lluvias.
De acuerdo con el mapa de riesgos de Gómez Palacio, se trata de las áreas geográficas más bajas y que carecen de infraestructura necesaria para contener los agentes perturbadores hidrometeorológicos.
En su mayoría son también colonias con una marginación social acentuada, como es el caso de Tierra Blanca, Tierra y Libertad, Felipe Ángeles, Las Hortensias, Rodolfo Fierro, El Amigo, Pánfilo Natera, San Ángel y comunidades del medio rural como Felipe Ángeles, El Consuelo, El Paraíso y Transporte, sólo por mencionar algunas.
Entre éstas se incluye el asentamiento irregular 11 de Septiembre, situado junto al fraccionamiento Torremolinos y que, como en otros casos, no es una colonia regular, pero está bajo vigilancia para salvaguardar a quienes ahí habitan, dijo el director de Protección Civil del municipio, Alonso Gómez Vizcarra.
A partir de un volumen de precipitación de 35 ó 40 milímetros se vuelve preocupante la condición de los gomezpalatinos que habitan en estas zonas, ante la posibilidad de que su patrimonio y seguridad se vean afectados por estos fenómenos, que como resultado del cambio climático y otras alteraciones han modificado su comportamiento y los han vuelto más impredecibles.
"Las lluvias en esta región no suelen ser por períodos prolongados, pero en un lapso de tiempo muy corto pueden caer grandes volúmenes de agua y provocar estragos en estos lugares", dijo Alonso Gómez.
El programa de contingencia por lluvias que ya se aplica, establece recorridos en forma periódica por estas zonas del municipio, y una comunicación permanente con áreas que están obligadas a prestar auxilio en caso de inundación, tal es el caso de la Dirección de Obras Públicas y el Sistema Descentralizado de Agua Potable y Alcantarillado (Sideapa.)
En algunos de estos sitios se han construido bocas de tormenta que evitan inundaciones, aunque en muchos casos están llenas de basura y no cumplen su función, sino hasta después que son desazolvadas; en el caso de los ejidos, se han instalado canaletas para que el agua no se acumule y lleven el agua a campo abierto donde no se generen daños.