El pasado 11 de julio, el alpinista Héctor Jesús Astorga Cepeda, de raíces laguneras, alcanzó la cima del Monte Elbrus, con sede en territorio ruso, mismo que cuenta con una altura de 5,642 metros sobre el nivel del mar.
Motivado por su gusto por el alpinismo y esa sensación de libertad que su práctica le genera, Héctor Jesús Astorga Cepeda, un elemento con raíces torreonenses, alcanzó el pasado 11 de julio la cima del Monte Elbrus, la montaña más alta de Europa y una de las llamadas Siete Cumbres del Mundo.
Seducido por el reto de ascender esta montaña de 5,642 metros de altura sobre el nivel del mar, llegó a tierras rusas a inicios del presente mes para integrarse al grupo con el cual debía realizar el ascenso, formándolo un escalador griego, un norteamericano y él, además de un guía ucraniano, factor fundamental para alcanzar el éxito en esta importante misión.
"El ascenso lleva una semana, toda vez que se debe hacer en etapas, poco a poco para evitar alguna enfermedad de montaña; se busca lograr poco a poco la aclimatación a las condiciones que ofrece el medio, de modo que se pueda ir avanzando. El intenso esfuerzo para llegar a la cumbre se realiza básicamente en un día y puede ir de 10 a 16 horas, ello de acuerdo a las condiciones del clima en esa jornada.
A mí me tocó un recorrido de 10 horas, debido a que había buenas condiciones y aunque había una temperatura de menos 30 grados centígrados, no hubo mayores problemas. Un día antes se registraron muy bajas temperaturas, pero con fuertes ventiscas, tormentas de nieve y rayos, de ahí que quienes intentaron llegar a la cumbre pasaron muy mal día, sólo algunos lo lograron, pero después de 16 horas de difícil ascenso''.
Por tener condiciones de clima a favor, recuerda haber pasado más de una hora en la cumbre del Monte Elbrus, debido a que él se adelantó a sus compañeros, quienes se detuvieron a descansar después de horas de agotador esfuerzo, situación que le permitió disfrutar por más tiempo de esa sensación de triunfo tras largas jornadas de entrega en la ladera de la montaña. "Este es un juego de paciencia y tenacidad, de no darse por vencido y esperar el momento oportuno para alcanzar la cima''.
Al hablar de sus planes a futuro en esta actividad, Héctor Astorga afirmó que luego de subir una montaña se convierte en un reto muy personal el ir por una más y en este caso, al ser el Monte Elbrus integrantes del grupo conocido como las Siete Cumbres del Mundo, el reto es más tentador, ya que luego de conquistar una de ellas, está latente la tentación de ir por la siguiente, de ahí que continuará sus entrenamientos para afrontar un siguiente reto.
"Lograr conquistar las Siete Cumbres del Mundo se convierte como una colección de éxitos para quienes nos gusta el alpinismo, así que si ya lograste el ascenso a una de esas montañas, seguramente irás en busca de las otras seis''.
Recordó que hace dos años logró la cumbre del Monte Blanco situado en los límites de Francia e Italia, en lo que fue una gran experiencia y conquista personal, aunque en esa ocasión apenas estuvo menos de un minuto en la cumbre, debido al frío y los vientos de hasta 70 kilómetros que azotaban la montaña, lo cual hacía imposible su permanencia por más tiempo en el sitio.
Para afrontar su reciente reto, dijo que estuvo escalando el Nevado de Toluca, el Pico de Orizaba y desde luego el Monte Blanco, lo cual le significó una mayor seguridad para el ascenso al Monte Elbrus.
Al hablar de sus inicios en esta actividad, dijo que desde muy joven le atrajo el gusto por escalar y en su etapa de preparatoriano le gustaba subir al Popocatépetl e Iztaccíhuatl, actividad que alguna vez compartió con su padre, el señor Héctor Manuel Astorga Zavala, radicado en Torreón.
A sus 52 años de edad, Héctor Jesús dice sentirse fuerte y con total energía para continuar con esta actividad, al ser un hobbie que realmente disfruta, de ahí que más adelante pueda intentar subir una cumbre más.
Aunque sus raíces son ciento por ciento laguneras, este gustoso del alpinismo nació en Guasave, Sinaloa, en una época en la cual su padre trabajaba en esa ciudad, además de haber recorrido varias regiones del país, donde desarrolló esa atracción por las montañas. Hoy en día radica en la ciudad de Monterrey, Nuevo León, ciudad donde presta sus servicios a una empresa, dándose tiempo para escalar las montañas mexicanas.
"No se trata de un hobbie caro, resulta más costoso ir un fin de semana a Cancún o Puerto Vallarta. Lo más oneroso suele ser el avión, pero el pago de hospedaje, alimentación y guía resulta ser muy accesible'', concluyó.