El presidente Barack Obama impuso la mayor condecoración civil de Estados Unidos a 19 artistas, activistas, políticos, científicos y creadores, incluido el fallecido excongresista hispano Edward Roybal.
La congresista demócrata Lucille Roybal-Allard, de California, dijo que el principal legado de su padre fue "ayudar a la comunidad latina a entender que valemos, y que si nos dan la oportunidad tenemos mucho que ofrecer a este país".
Roybal fue el primer mexicano-estadounidense electo en la Cámara de Representantes por California en casi un siglo. En 1976 fundó el bloque de legisladores hispanos, que aún existe.
Su hija invitó a los hispanos jóvenes, que tal vez no conozcan la historia de su padre, a "estudiar las contribuciones de los latinos que vinieron antes que nosotros, porque ellos sentaron las bases y abrieron las puertas de las oportunidades que no teníamos disponibles en algún momento".
Además de Roybal, otras cinco personas recibieron la Medalla Presidencial de la Libertad de manera póstuma, entre ellos los trabajadores por los derechos civiles James Chaney, Andrew Goodman y Michael Schwerner, asesinados en 1964 cuando participaban en una campaña de registro de votantes en Mississippi.
Las otras dos medallas póstumas fueron para el coreógrafo Alvin Ailey y la representante Patsy Mink.
Los homenajeados vivos incluyeron a la novelista Isabel Allende, la actriz Meryl Streep y el cantante Stevie Wonder.
Otros que también recibieron la medalla fueron Ethel Kennedy, viuda del senador Robert Kennedy; el representante John Dingell, el legislador con más tiempo en el cargo; el compositor Stephen Sondheim, el periodista Tom Brokaw, la actriz Marlo Thomas, la activista Suzan Harjo, el economista Robert Solow, el golfista Charles Sifford, el ex representante Abner Mikva y el físico Mildred Dresselhaus.
La medalla se otorga a quienes han hecho "contribuciones meritorias" a la seguridad estadounidense, la paz mundial o la cultura.