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House of Cards, ¿crueldad o pragmatismo?

Ambición sin límites

House of Cards, ¿crueldad o pragmatismo?

House of Cards, ¿crueldad o pragmatismo?

Eduardo Anaya

Al enterarse de que no será nombrado secretario de estado como el presidente electo le prometió, el congresista Francis Underwood (Kevin Spacey) decide vengarse de quienes lo traicionaron.

DOS TIPOS DE DOLOR

Como todas las grandes introducciones, la del congresista Francis Underwood (Kevin Spacey) es orquestada magistralmente. Se escucha el chillido de llantas, un choque y el gemido de dolor de un perro, después dos puertas se abren y un hombre finamente vestido se apresura hacia la calle seguido por su guardaespaldas. El perro del vecino ha sido atropellado y no va a sobrevivir, declara el hombre y ordena a su guardaespaldas que le avise a su dueño.

El hombre consuela al animal en agonía, que permanece fuera de cámara. Después se dirige a la audiencia: “Hay dos tipos de dolor: el que te fortalece y el dolor inútil, el cual no es más que sufrimiento. No tengo paciencia para las cosas inútiles”. Acto seguido, el hombre estrangula al perro y continúa hablando al espectador mientras mira hacia los lados para asegurarse de que nadie lo vea: “un momento como éste requiere de alguien que actúe...” dice, y sus brazos se tensan para controlar al perro. “Que haga lo desagradable, lo necesario.”

Y el perro muere. No más dolor. ¿Cruel o pragmático? ¿Deshumanizado o compasivo? ¿Perturbador? ¿Fascinante? Éste es el mundo de Francis Underwood.

LA GRAN APUESTA DE NETFLIX

No sólo Francis Underwood es poco ortodoxo, sino también lo fue Netflix al estrenar los 13 episodios de la primera temporada en el mismo día; cabe mencionar que House of Cards es la primera serie original de Netflix.

Después de dirigir los primeros dos episodios, el productor ejecutivo David Fincher (El club de la pelea, La Red Social), cedió el control creativo a un equipo de cinco reconocidos directores: James Foley (Glengary Glenn Ross), Joel Schumacher (Un día de furia), Charles McDougal, (Esposas Desesperadas), Carl Franklin (Devil in a Blue Dress) y Allen Coulter (Los Sopranos).

A diferencia de otras series, los directores tienen la última palabra, incluyendo el del casting. La libertad creativa ha sido un ingrediente clave para el éxito de la serie.

CONFLICTOS EXTERNOS

El conflicto principal de House of Cards es la venganza. La historia se desarrolla conforme Underwood, apoyado por su esposa Claire (Robin Wright), teje su telaraña de poder maquiavélicamente.

El congresista consigue manipular a personajes por debajo de su nivel, como a la ambiciosa reportera Zoe Barnes (Kate Mara); de su mismo nivel, como al congresista alcohólico Peter Russo (Corey Stoll), y por encima de su nivel: al presidente de los Estados Unidos (Michael Gil).

Sin embargo, no todo es ambición e intriga. Todos los personajes son tridimensionales y sus historias y motivaciones, profundas, por ejemplo: el deseo de libertad de Claire versus la realidad de su matrimonio; la lucha por crecer profesionalmente de Zoe versus su integridad periodística; los esfuerzos de Claire mediante su ONG para cuidar el agua versus los dilemas éticos que enfrenta para tal fin.

CONFLICTOS INTERNOS

Algunas de las escenas más fascinantes en House of Cards ocurren cuando Underwood muestra compasión, al menos hasta donde su naturaleza se lo permite. Las acciones de Underwood parten de una premisa: el ser humano no puede evitar el dolor, pero sí el dolor sin sentido, «a toda costa». En la primera temporada, dos escenas de suma importancia tocan el tema del dolor de Underwood, y ambas coinciden con dos asesinatos.

SIMBOLISMOS

Más que los de una serie de intriga política, los simbolismos en House of Cards parecen los de una película de Michael Haneke (Caché, Amour). El subtexto no sólo predomina en los diálogos, sino en las imágenes. Algunas alegorías utilizadas para enriquecer la historia son: una araña, una tubería del lavabo, «origamis», la fotografía de una mujer en el parque, el cementerio, un aparato para remo.

Puede resultar complicado interpretar cada uno de ellos, pues en ocasiones se requiere ver más de un capítulo para comprender su significado. Por ejemplo, el simbolismo de la tubería del lavabo se introduce en el final de temporada y es necesario regresar a uno de los soliloquios de Underwood en el primer episodio para comprenderlo.

El trabajo del guionista nominado al Oscar, Beau Willimon (Poder y traición), forma parte de una tendencia en la calidad de las historias en las series televisivas estadounidenses. En una entrevista realizada por Alan Sepinwall, el productor ejecutivo David Fincher dice: “durante los últimos diez años sentí que los mejores guiones para los actores estaban ocurriendo en la televisión”.

LA HONESTIDAD DE LA DESHONESTIDAD

Un recurso estilístico interesante de la serie es el rompimiento de «la cuarta pared»: Underwood le explica a la audiencia cómo funciona la política en Washington, le adelanta sus planes, le confía secretos íntimos e incluso le dedica miradas cómplices.

Para todo cineasta es clave lograr que la audiencia cree un vínculo con el protagonista. Es difícil concebir que el rapport entre la audiencia y el corrupto Underwood fuese el mismo sin sus soliloquios.

Otras series han empleado recursos similares, por ejemplo, en Dexter, la narración en voice-over ayuda a la audiencia a ver el mundo desde el punto de vista de un psicópata. Pareciera que el objetivo de Underwood es volver a la audiencia partícipe y cómplice.

Citando el libro Las 48 leyes del poder de Robert Greene y Joost Elffers: “A veces el engaño abierto ayuda a borrar nuestras huellas e incluso despierta admiración por la honestidad de nuestra deshonestidad”.

LA PROMESA DE UN POLÍTICO

Si bien es dicho común que los hombres son como los políticos y no cumplen lo que prometen, Francis Underwood le hizo una interesante promesa al proponerle matrimonio a Claire: “Nunca te aburrirás conmigo”. Claire y la audiencia pueden confiar en su promesa.

¿SABÍAS QUE?

House of Cards marca la segunda colaboración de Kevin Spacey con el director David Fincher; la primera fue el aclamado thriller Se7en (1995).

La historia se basa en la novela de Michael Dobbs, previamente adaptada en la miniserie inglesa homónima de 1990.

David Fincher consiguió su primer Emmy como director por el primer episodio de la serie.

Twitter:@skidrow82

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