ENTRADA.- El cierre de algunos accesos viales en colonias de esta ciudad, no ha sido por el capricho o gusto de sus habitantes. No se trata de una medida que pretende enfrentarse con las autoridades o violar las leyes y reglamentos.
Poner macetones o rejas en áreas habitadas por familias, es la última y final medida que la sociedad ha considerado prudente para preservarse de la delincuencia, el robo y el crimen. El defender la vida, la seguridad de la familia y su patrimonio, es un derecho natural que tiene cualquier ser humano e inherente a su propia naturaleza.
Este derecho, mediante el pacto social a que se refiere el politólogo francés Jean-Jacques Rousseau, autor del concepto político de la creación del Estado mediante un pacto o "Contrato Social", es el fundamento para la creación de una nación civilizada.
Este pacto o contrato social tuvo como objetivo, que el Estado cuidara de sus gobernados garantizándoles la protección de la vida y la seguridad en sus hogares y familias, mediante el uso del monopolio de la fuerza público.
Para ello, el hombre debió renunciar a una serie de derechos naturales e inherentes a su propia naturaleza en favor del Estado. Esto es, el Estado quedó obligado a garantizarles, vía el uso de la fuerza pública la seguridad a todos.
SOPA.- Pero se da la circunstancia que en los tiempos que vivimos, el Estado se encuentra incapaz e impotente para dar a los ciudadanos la seguridad que está obligado a proporcionar, no obstante que los ciudadanos declinaron a favor del propio Estado, el uso de la fuerza. Pero nuestra realidad es otra y muy diferente. El Estado no ha podido cumplir con su obligación de proporcionar seguridad a sus gobernados, de donde éstos tienen el derecho natural de hacer lo que más estimen conveniente para su propia seguridad.
De ahí que el tema sobre derechos humanos, recomendaciones de la Comisión de Derechos Humanos, acuerdos de cabildo, pláticas, etcétera, sobre este asunto sean totalmente inútiles, pues el tema no tiene nada que ver con la realidad que nos avasalla brutalmente en materia de inseguridad.
Estamos perdiendo el tiempo en discusiones de tipo bizantino que no aportan nada a la problemática real que sufre nuestra comarca. Un camino lógico y abiertamente democrático para terminar con este asunto, sería levantar una encuesta entre los colonos para que ellos manifiesten vía su voto libre, si están o no de acuerdo con las medidas que se han venido tomando para la seguridad.
Mientras el municipio y los muy cuestionables señores de los Derechos Humanos no puedan garantizarnos la seguridad en nuestros hogares, los torreonenses tienen el derecho natural de seguir buscando su propia seguridad y la de su familia con las medidas que mejor estimen convenientes.
No hay que olvidar que los colonos tienen también sus propios derechos humanos que se les deben proteger y respetar, como son la seguridad. De seguir este asunto como va, muchos serán los encontronazos que tendrá nuestro Ayuntamiento con colonos de todos los rumbos de nuestra ciudad. Ya se ve el R. Ayuntamiento tumbando macetones y arrastrando verjas por los suelos con maquinaria pesada.
PLATO FUERTE.- A otro tema. En todos los sectores de la vida económica del país se resiente un ambiente de recesión y falta de crecimiento. Los números relacionados con los indicadores macroeconómicos son usados por las diversas autoridades que los emiten de manera diferente y hasta confusa. Por una parte, Banco de México nos dice una cosa y por la otra Videgaray el Secretario de Hacienda nos señala números disímiles. Los hombres de negocios, los financieros, las cámaras de la industria, las de comercio manejan también otros números. Pero la terca realidad nos enseña que el país a 15 meses de haber tomado posesión Peña Nieto, transita por una sorda y silenciosa crisis económica y sin esperanzas de salir de ella a corto plazo.
El gobierno federal no ha querido darnos una explicación del estado real de las finanzas públicas ni sobre la crisis que abate a México. Como por decreto, el Secretario de Hacienda quiere imponernos una prosperidad que no cabría ni en el Mundo de Alicia en el País de las Maravillas; pero como el gobierno no explica al gobernado lo que está sucediendo realmente, ese hueco y falta de información se está llenando con rumores y chismes.
Uno de ellos dice que la actual recesión se debe a la falta de inversiones provenientes del lavado de dinero, del crimen organizado y del trasiego de la droga. Que estos dineros han sido fundamentales para que hayamos caído en esta prolongada recesión.
Pero si así fuese, qué motivo tiene el gobierno federal, (que sigue cobrando puntualmente millonadas de impuestos que guarda celosamente) para no invertir en obra pública y así distribuir el gasto entre todos los sectores productivos y darle así vida a la economía.
POSTRE.- Un país con más de 50 millones de seres que viven al borde de la miseria extrema, sin fuentes de empleo y con una juventud preparada que no encuentra trabajo, puede convertir al país en polvorín que en cualquier momento podría estallar.
El gobierno está obligado a invertir los impuestos en obras y programas públicos que demanden mano de obra masiva y adquisición de productos industriales que venga a reactivar el consumo de bienes y servicios. Presume el gobierno tener más de 185 mil millones de dólares en las reservas, pero ahí están y muy guardaditos.
Agotar perversamente la economía al control de la inflación sin controlar los otros factores macroeconómicos, es lo que tiene México de rodillas. Videgaray está estrangulando la economía de este país.