La pequeña fue víctima de maltrato psicológico por parte de sus compañeros de clase. (INTERNET)
El bullying es un fenómeno que desde hace décadas se presenta en la población infantil, sin embargo, en los últimos años ha llamado la atención los casos donde se ejerce violencia desmedida a tal grado que ya se han registrado muerte de menores por este problema.
Así le ocurrió a Jade, una pequeña de 10 años en Inglaterra, quien era víctima de constantes insultos de sus compañeros de clase, quienes le achacaban a cada momento su sobrepeso y la llamaban “gorda”.
La madre, Maxine Moss, notó que su hija comenzó a adelgazar de forma abrupta y cada vez que la cuestionaba sobre si estaba comiendo sus alimentos en la escuela, la infante respondía que sí, o bien, inventaba cualquier excusa para justificar que había comido su refrigerio fuera de la institución o en la casa de alguna amiga.
Al acudir con varios médicos, estos le explicaron que Jade no tenía ningún trastorno alimenticio y que si baja de peso era simplemente un capricho en los hábitos de la chica.
“Yo sabía que de los signos porque de joven sufrí de anorexia, por eso les rogué a los médicos en busca de ayuda, pero ellos me dijeron que Jade era demasiado joven para tener un trastorno de la alimentación, su hija es solo una niña quisquillosa me decían”, relata la progenitora para medios ingleses.
Un año después, Maxine no soportó más la condición física de su niña que mostraba evidente delgadez, además de que repentinamente se desmayaba y también comenzó a presentar problemas en otros órganos de su cuerpo.
Jade fue internada de urgencia en la clínica Statford por presentar grave anorexia, en donde doctores tuvieron que colocarle un tubo de alimentación, así como llevarla a varias terapias psicológicas y motivacionales para mejorar su condición en todos los aspectos.
Ahora Maxine ha 'presumido' en redes sociales la increíble recuperación de su hija, a quien ya se le puede ver en un estado óptimo pero sobre todo con una estupenda actitud.
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