Inmigrantes. Los indocumentados estaban hacinados en Texas, lo cual indignó la sociedad en Houston.
El rescate de 115 indocumentados de origen mexicano y centroamericano, que vivían hacinados y en condiciones infrahumanas en una casa de Houston, obligó ayer jueves a los gobiernos de Estados Unidos y México a sumar fuerzas para procesar a los responsables, determinar identidades y repatriar a los migrantes, cuyo calvario evidenció la crisis humanitaria que viven miles de personas víctimas de traficantes sin escrúpulos y la urgencia de una reforma migratoria.
Fuentes confirmaron que, tras la operación de rescate en una casa de Houston, el servicio de protección de la Cancillería mexicana trabajó de forma paralela con las autoridades de Inmigración y Aduanas (ICE por sus siglas en inglés) para confeccionar una lista confiable de los inmigrantes de origen mexicano y, al mismo tiempo, comprobar su condición física y su estado de salud.
Del total de inmigrantes rescatados por los agentes de ICE, tres niños son de origen mexicano, pero fueron entregados a sus familias desde el miércoles. Además, de acuerdo con datos recabados por el consulado de México en Houston, del total de inmigrantes rescatados, sólo un grupo de cinco adultos es de nacionalidad mexicana.
"Los cinco adultos siguen bajo proceso de identificación y se les realizan los exámenes médicos correspondientes. Posteriormente serán trasladados a un centro de detención donde se determinará su situación jurídica y migratoria", según informaron autoridades mexicanas.
La Policía dijo que los indocumentados vivían en condiciones "humillantes" e "insalubres". La casa, habilitada como un lugar para concentrar y distribuir a quienes habían conseguido cruzar la frontera con México, está en el condado de Harris, una de las zonas controladas por cárteles mexicanos que se dedican al tráfico de armas y personas.