(ARCHIVO)
A cinco años de la muerte del futbolista español Daniel Jarque, los infartos en el futbol durante los partidos siguen siendo algo que está latente en la actualidad.
El defensa español cayó fulminado sobre el césped, durante un partido de pretemporada que disputaba el Espanyol de Barcelona ante el Coverciano.
Aunque nunca se determinaron las causas de su falla cardiaca, que no le permitieron llegar a un hospital para ser atendido.
Otro caso similar fue el de Antonio Puerta, quién durante un partido entre el Sevilla y el Getafe en el 2007, sufrió un infarto en pleno partido y murió tres días después.
En junio de 2003, durante el partido Colombia-Camerún de la Copa Confederaciones que se disputaba en Francia, el camerunés Mark Vivien Foé, de 28 años, se desplomó en el campo y a pesar de la atención médica, falleció siendo uno de los casos más emblemáticos.
A los 24 años, el húngaro Miklós Fehér del Benfica de Portugal, después de una jugada fuerte, se desplomó en la cancha y murió a causa de un infarto pulmonar, en enero de 2004.
Otro de los casos más sonados y recientes fue el de Piermario Morosini, quién se infartó en 2012 durante un partido entre el Livorno y el Pescara en la liga italiana. Logró ser trasladado al hospital pero falleció horas después de ser internado.
Por último, el sueco Víctor Brannstrom falleció en 2012 a causa de un paro cardíaco, luego de anotar un gol para su equipo.
