El Aeropuerto Internacional de Ninoy Aquino, en Manila, anunció que intensificará sus controles de pasaportes y medidas de seguridad tras la desaparición del avión de Malaysia Airlines con 239 personas a bordo, del que no se tienen noticias desde hace cinco días.
La decisión es consecuencia directa del hecho de que en el Boeing malasio desaparecido viajaran dos pasajeros con pasaportes robados, lo cual puso de manifiesto los fallos en los sistemas de seguridad de los aeropuertos, a la vez que intensificó la hipótesis de que el avión sufrió un atentado terrorista.
Por ello, el jefe de Inmigración de Filipinas, Siegfred Mison, ordenó que la División de Operaciones del Aeropuerto examinara los pasaportes de los viajeros más detalladamente, con el objetivo de luchar contra el tráfico humano y el terrorismo, informó hoy el diario filipino "The Star".
Además, todos los pasajeros serán sometidos a un cacheo obligatorio y su equipaje de mano a un registro más exhaustivo, mientras que dos personas estarán encargadas de una máquina de rayos X.
Según el asistente del director general de la Autoridad del Aeropuerto Internacional de Manila, Vicente Guerzon, estas medidas más estrictas serán ejecutadas las 24 horas del día.
El vuelo MH370 salió de Kuala Lumpur a las 00.41 hora local (16.41 GMT del viernes) y tenía previsto llegar a Pekín tras seis horas de vuelo, pero desapareció del radar una hora después del despegue.
Una flota internacional aviones y barcos rastrean una superficie de 500.000 millas náuticas cuadradas (1,71 millones de kilómetros cuadrados).
La operación, en la que participan Australia, China, Estados Unidos, Filipinas, India, Indonesia, Malasia, Nueva Zelanda, Singapur, Tailandia y Vietnam, tampoco ha recogido señal alguna de los aparatos electrónicos del avión que supuestamente deberían emitir en caso de peligro o accidente.
En el avión viajaban 239 ocupantes, 227 pasajeros, incluidos siete menores, y una tripulación de 12 malasios.